Takehiko Inoue: «Como Gaudí, trato de plasmar la naturaleza en mi obra»

El autor de 'Slam Dunk' quedó impactado por la obra del artista catalán cuando visitó Barcelona como turista durante los JJOO de 1992

El artista Takehiko Inoue, ayer, en el Salón del Manga de Barcelona.

El artista Takehiko Inoue, ayer, en el Salón del Manga de Barcelona. / periodico

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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Takehiko Inoue (Kyushu, Japón, 1967) no es solo uno de los mangakas mangakas(dibujantes de manga) más conocidos a nivel mundial gracias a títulos como Slam Dunk, Real Vagabond, sino que su obra va mucho más allá del cómic y su último trabajo es el cuaderno de viaje ilustrado Pepita: tras los pasos de Antoni Gaudí. También ha participado en la exposición sobre el arquitecto catalán que en estos momentos recorre Japón.

-Por su obra, deduzco que de joven debía tener dos grandes aficiones: el dibujo y el baloncesto. ¿Es así?

-Sí, eran mis dos aficiones. En el instituto jugaba a baloncesto, y me gustaba mucho dibujar. De hecho, en el último curso de secundaria fui a una escuela de arte un mes. Es lo único que estudié relacionado con dibujo, el resto es todo autodidacta.

-¿Todo lo aprendió solo?

-Cuando aún vivía en Kyushu, participé en un concurso. La editorial Shueisha me puso en contacto con Tsukasa Hojo, autor de City Hunter, y estuve en su estudio 10 meses aprendiendo. El mundo del manga en Japón es muy complicado y fue una oportunidad para poder entrar. Después, la revista Shonen Jump confió en mí y me ofreció la posibilidad de publicar mi primera obra, Chameleon Jail. Fueron 12 capítulos... pero no tuvo nada de éxito y la cancelaron.

-Pero con su siguiente título pasó todo lo contrario... De hecho, Slam Dunkcontinúa siendo uno de los 10 mangas más vendidos de la historia (120 millones de tomos).

-Cuando uno hace una obra siempre quiere que sea un éxito... Pero en el caso de Slam Dunk, no esperaba que fuese tan grande. Como en el instituto había jugado a baloncesto, quise dibujar sobre este tema. Intenté llevarlo al manga, aunque evidentemente yo no podía hacer mates.

-Su forma de contar un partido es muy cercana a la realidad.

-Me sale de forma natural: me gusta respetar los movimientos del cuerpo, que sea lo más real posible. Pero considero que mi estilo de dibujo aún está en fase de aprendizaje.

-Después, probó con el manga por internet. ¿El formato tiene futuro?

-Buzzer beater fue un experimento. Bajo mi punto de vista, un web-cómic o para móvil no es lo mismo que para papel. Son formatos diferentes, y tienen que estar pensados y creados según cómo vayan a publicarse.

-Y en 1998 empezó Vagabond... que aún hoy en día dibuja y publica. ¿Por qué eligió la figura del samurái?

-Tras Slam Dunk, me tomé un año sabático. Estaba tan satisfecho de cómo había ido todo que decidí dejar de ser mangaka. Pero mi editorial me recomendó una novela sobre Musashi Miyamoto, y mientras la leía me entraban ganas de ponerle cara, dibujarla. Así empezó el proyecto. Hace años que digo que le queda poco, pero aún continúa. No puedo decir que vaya a acabar pronto.

-Ha compaginado Vagabond con la creación de Pepita. ¿Cómo le llegó este proyecto sobre Antoni Gaudí?

-En 1992 visité Barcelona como turista, durante los JJOO -vi al Dream Team de baloncesto-. Visité las obras de Gaudí y me impactaron mucho. En el 2011, una editorial japonesa me encargó hacer algo sobre Gaudí... y lo que salió fue el libro Pepita, y ahora también la exposición.

-¿Comparte la visión del mundo del creador catalán?

-Una de las cosas que comparto con él es que cojo elementos de la naturaleza y los plasmo en mi obra. Es una filosofía que me llamó mucho la atención. He aprendido cosas de su biografía, sobre la vida y la muerte, sobre la humanidad, la naturaleza, el mundo en que vivimos... Otra manera de ver el mundo.

-Estoy seguro de que continúa puesto al día en baloncesto. ¿Quién es su jugador favorito?

-Kobe Bryant... Pero también me gusta mucho Ricky Rubio. Y Juan Carlos Navarro es muy bueno.