ACTUACIÓN DENTRO DEL CICLO 'BANDAUTORS'

Indomable Quimi Portet

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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No todo el mundo es capaz de autoproclamarse «un astro intercomarcal». Quimi Portet bautizó su libro así: 'Diari d'un astre intercomarcal' (en el 2007). Ni de admitir 'Tinc una bèstia dintre meu', a través de uno de sus temas más inspirados. O de citar a Voltaire y a los Gipsy Kings en una misma estrofa. El cantautor y guitarrista de Vic, de larga e inquieta trayectoria, el exmiembro de Kul de Mandril, Los Burros y El Último de la Fila, sigue de gira de su octavo disco en solitario, 'Oh my love'. Y el próximo jueves actuará en el Palau de la Música, invitado por el ciclo Bandautors.

Será su segundo recital en la sala modernista. El debut tuvo lugar la primavera del 2010, con su aclamado álbum Viatge a Montserrat (dentro del Festival de Guitarra). "El Palau hasta hace relativamente poco, unos siete u ocho años, acogía solo eventos internacionales. De joven recuerdo haber visto a Frank Zappa, Miles Davis. Y si había artistas de la escena local, era algo fuera de lo común. Pero se ha abierto a la música popular y este ciclo, Bandautors, me parece un gran acierto".

"Rock peludo"

Quimi Portet agradece que el cartel contemple "a consolidados y emergentes. A cantautores, en definitiva, un territorio un poco nebuloso y abierto: abarca incluso a artistas provenientes del rock peludo como yo. Y siempre me ha gustado el concepto de cantautor: la persona que canta es la autora de su propio material".

En los años 60, recuerda, había muchos intérpretes románticos que no escribían los temas que cantaban. "Tenían una voz, un instrumento delicioso, pero necesitaban que otros les compusieran, unos señores quizá más gordinflones que no se atrevían a salir al escenario. El cantautor, en cambio, es el que más pone la carne en el asador, tenga la voz que tenga".

¿Y qué me dice del estigma del cantautor plasta? "Sí, está ligado a esta figura, lo que la hace hasta más simpática", responde. "De hecho, a mí siempre me han gustado más los conjuntos de peludos. Pero admito que siempre he admirado al cantautor, a ese que canta sus pajas mentales en un mundo en el que todo está tan normalizado", ríe.

Objetivo: ser bueno

Portet opina que hay una excesiva voluntad de querer ser original. "Y no creo que sea un objetivo artístico plausible. Ser original es relativamente fácil; pero ser bueno, no". "'L'humor és l'anarquia que triomfa per uns breus instants'", suelta en la letra que bautiza su último disco. "Esta frase es todo un descubrimiento. Y guarda mucha razón. Cuando dos personas ríen lo que hacen es desmontar todas las convenciones; abrir un paréntesis. Reír nos va muy bien como individuos y como sociedad".

"Los catalanes tenemos una historia triste --prosigue--. Y uno de los pequeños secretos que nos ayuda a sobrevivir y nos identifica es el humor, desde Sagarra hasta Capri y Mari Santpere, pasando por Pau Riba, Sisa, La Trinca y Buenafuente. Hay una línea humorística específica que tiene que ver con una actitud muy poderosa frente a la tristeza".