El indio y el presidente

Demoledor ataque de Wyoming a Rajoy y a toda la cúpula del PP. Más de hora y media sentado en 'La Sexta noche' (La Sexta), y con una audiencia superior al 15%. O sea que su mensaje, su denuncia, su embestida, ha llegado a muchísima gente. El programa le fue lanzando vídeos de intervenciones públicas de un Rajoy entusiástico, en los que aseguraba que todo va bien y que la crisis ya es historia, y luego pasaban a plató, donde un Wyoming afilado y contundente, serio, sin recurrir al sarcasmo ni al humor, iba fileteando con precisión las grandilocuentes palabras del presidente, y desmintiéndolas. No se dejó ni un solo tema. Desde la 'trama Gürtel' a Bárcenas, desde la utilización del poder judicial a la sumisión de la fiscalía del Estado, desde las multimillonarias ayudas a la banca privada hasta la situación de miseria de la sanidad, la educación, los servicio sociales y el desempleo. «Nos han metido en una acequia. Nos están llevando a un mundo que no queremos [...] La ley mordaza es delirante: ahora los policías deciden qué es delito, no los jueces [...] La reforma laboral consiste en que un ciudadano esté trabajando y siga en la más absoluta miseria [...] Si Rajoy se hubiera presentado con un programa diciendo que iba a regalar 43.000 millones a la banca, recortando sanidad, educación y servicios sociales, no le hubiera votado ni Dios [...] Cuando Rajoy salió diciendo las infames palabras: 'Esto es un ataque al PP', yo le respondo: eso ya lo decía Pinochet: 'A los míos no se les toca' [...] Señor Rajoy, me dirijo a usted: los cargos del PP dan por generalizada la corrupción de la élite a la que usted pertenece. Todos los concejales y alcaldes del PP saben que la cúpula del partido está corrompida. ¿Qué día tendrá usted el coraje de salir, con su dimisión en la mano, a explicarnos todo eso?». ¡Ahh! Han sido 94 minutos de una contundencia demoledora. Un sanísimo ejercício de crítica al poder. Pero esta mañana quizá echan humo los despachos de la madrileña calle de Génova.

La semana pasada circularon rumores sobre duras presiones a los máximos responsables de Atresmedia (imperio al que pertenece La Sexta) por parte de la cúpula del PP y del Gobierno. El mensaje era el siguiente: se acercan las elecciones, no vamos a tolerar críticas, exigimos docilidad y buena letra. ¡Ahh! Es admirable la valentía de La Sexta. Los indios de la 'tribu Wyoming' no se acollonan. Esperemos que no les manden al '7º de Caballería' para someterlos.