Iman, la viuda de ébano

La suya fue una unión improbable que con el paso del tiempo se convirtió en una de las parejas más estables del 'show business'

Bowie, en el 2007, con su esposa, la exmodelo Iman Abdulmajid.

Bowie, en el 2007, con su esposa, la exmodelo Iman Abdulmajid. / periodico

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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"A veces no conoces el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo". Con estás palabras, Iman Abdulmajid ha rendido homenaje en las redes sociales a su marido, David Bowie, un día después de que se anunciara su fallecimiento. La supermodelo somalí ha compartido los últimos 24 años de la vida del cantante. Fue la suya una pareja improbable, de orígenes muy diferentes, que con el paso del tiempo se convirtió en una de las uniones más estables del 'show business'. Amor a primera vista para Bowie, la boda se celebró en 1992 y hace 15 años nació su hija Lexi. La ya viuda, leyenda de las pasarelas y empresaria al frente de una firma de cosméticos que vale millones, compartía con el músico la celosa protección de la intimidad familiar. Apenas hay fotos de la casa de ambos en Manhattan y son muy pocas sus entrevistas. En una concedida al dominical británico 'The Observer', en el 2014, Iman hacía repaso de su vida y recordaba que en su juventud fue una refugiada.

La primera modelo de color que se convirtió en el rostro de una gran firma de cosméticos internacional fue descubierta a los 20 años por un fotógrafo en las calles de Nairobi. La entonces estudiante de ciencias políticas vivía allí como refugiada en un hostal y sin apenas medios, después del golpe de Estado de 1969 en Somalia. Su padre, un antiguo diplomático, así como el resto de la familia tuvieron que huir y jamás han podido volver. Ahora Iman patrocina una organización radicada en el país, Hawa Abdi Foundation, que trata de ayudar a las mujeres en necesidades básicas como la salud o la educación.

RACISMO

Elegante y cultivada, al dejar África, Iman, que habla cuatro idiomas, se chocó de golpe con el racismo en su profesión. La primera vez que la directora de una revista la vio, le dijo que parecía como una mujer blanca "bañada en chocolate" y, añadió la modelo, "ni siquiera se dio cuenta de que era un insulto". Las agencias trataron, sin conseguirlo, de pagarle menos que a sus pálidas colegas por el trabajo en la pasarela.

Con Iman comenzó la etapa familiar de Bowie. Tras los años turbulentos de drogas, borracheras y trabajo a niveles enfermizos, el músico se convirtió en un semirrecluso, volcado en su hija. "David es más hogareño que yo. Al menos yo voy a alguna fiesta de vez en cuando. También pienso que no hay nada que él no haya visto. Ha ido a todas las fiestas que hay", había declarado su esposa, que a los 60 años sigue conservando una belleza excepcional.

Aún ayer, el misterio seguía rodeando las circunstancias que rodaron la muerte del cantante. Mientras numerosos medios situaban el fallecimiento en Nueva York, donde Bowie residía habitualmente, el tabloide 'The New York Post' aseguraba que murió en Londres, su ciudad natal. Tampoco ha trascendido nada sobre un posible entierro o la celebración de los funerales.