Humor argentino en La Villarroel

Humor y tragedia van de la mano en los dos montajes argentinos que el polifacético artista Gabriel Chamé Buendia presenta en La Villarroel. Su aclamada versión de 'Othelo', una original e ingeniosa adaptación dirigida por él e interpretada por solo cuatro actores, regresa tras triunfar en el OFF la pasada temporada. Y su espectáculo de clown 'Llegué para irme', una crónica sobre la soledad del estresado hombre contemporáneo, se represente los fines de semana.

"Nunca intento decir en mis espectáculos lo que hay que hacer. Solo muestro el aspecto trágico del ser humano con una sonrisa. Y ya está. Cada uno sabrá qué tiene que hacer con su vida", destaca Chamé, cuya carrera se ha desarrollado entre Europa y América. A parte de crear, dirigir e interpretar también se ha dedicado muchos años a la enseñanza. Charmé ha sido profesor, entre otros, de Paco León, Alicia Borrachero y Alex o’Doherty.

A la hora de hablar de su personal estilo, señala: "Me preocupa la relación entre lo contemporáneo y lo clásico, lo antiguo. Me parece más interesante hablar de que estamos más conectados en este instante con gente del año 1500 que llenar en escenario con la última tecnología y proyecciones. No me interesa la frialdad técnica sino mostrar a partir del propio cuerpo, como hacían Charles Chaplin y Buster Keaton. Hoy tenemos los mismos problemas que hace siglos: diferencia de clase o social, guerras y conflictos de poder".

En 'Othelo', especialistas en el teatro físico, el burlesque y el clown  (Matias Bassi, Elvira Gómez, Gabriel Beck y Martín López) acercan el drama de Shakespeare de forma muy fresca conjugando humor absurdo y emoción. Ellos mismos construyen la escenografía con elementos sencillos como mesas, sillas y cajas.

NARIZ ROJA CON TRAJE Y CORBATA

En 'Llegué para irme' Chamé sube a escena vestido con traje y corbata. Su nariz roja de payaso completa el retrato de Mr. Piola, el protagonista. "En la obra no sale ni un ordenador, ni tampoco un teléfono móvil. No hay ni siquiera televisor en la casa donde transcurre la acción". Es parte de la gracia en un montaje que plasma las contradiciones de nuestra sociedad. "Lo trágico del ser humano es que no puede parar, no puede respirar, necesita correr porque si se detiene se asusta y se angustia. Con el ritmo de vida actual y la presión de la imagen, si uno para y baja el ritmo le asola una desesperación enorme".

Chamé es un hombre de teatro total con formación de clown. Lleva varios lustros trabajando entre Europa y América. Fue uno de los fundadores del aclamado Clu del claun en los 80 y en el cambio de siglo, entre el 1999 y el 2004 triunfó en el mundo entero con el Cirque du Soleil. "En aquella época hacía 10 shows por semana. Pero aquello me sirvió como reconocimiento de alguien como yo, que venía de Off y del teatro de investigación".

Más allá de Charles Chaplin y Buster Keaton considera como sus maestros a Les Luthiers, decano grupo de humor musical argentino, y otros especialistas en el arte de hacer reir como los actores Louis de Funès y Pierre Richard. Entre sus influencias también cita a grandes cineastas como Buñuel, Bergman y Fellini. "Yo veía mucho cine. Mi primera influencia vino de lo visual, que ahora es lo más normal".

Él mismo soñaba con dirigir películas pero tras entrar "por azar" en unas clases de mimo todo cambió. "La gente se reía cuando me veía en escena. No fue fácil asumirlo y me provocó una gran contradicción. ¡Imagínate, cómo conciliar querer ser cinasta experimental y triunfar como cómico!"

No descarta realizar algún proyecto fílmico para cine o televisión en el futuro. Pero, de momento, su próximo reto será 'El rey Lear', otro clásico de Shakespeare. Espera estrenarlo en Buenos Aires el año próximo.