46ª edición del galardón concedido por Òmnium Cultural

Honorable Raimon

Raimon, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

Raimon, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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Quizá se podía sospechar que el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes del 2014, el año de la consulta y del tricentenario, fuera especial, y destinado a alguna figura estrechamente relacionada con el proceso político en el que la entidad convocante, Òmnium Cultural, está en primera fila. Se ha cumplido de sobras lo primero (Raimon es Raimon, y además el primer músico que recibe el galardón en sus 46 años de historia) y, en cuanto a lo segundo, no exactamente. No ha pesado el prudente escepticismo del cantautor de Xàtiva sino, que es de lo que se trata, los dobles méritos cívicos y culturales del premiado.

En palabras de la portavoz del jurado, la historiadora Anna Sallés, el Premi d'Honor reconoce, méritos artísticos al margen, «la defensa de nuestra cultura y de la unidad de la lengua» y la labor de difusión de la cultura catalana, internacional y «en la península Ibérica» (por cierto, Raimon recordó que, recientemente, recibió la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid).

POESÍA Y LITERATURA / Hace años que se espera de la Academia Sueca un revolucionario reconocimiento para los cantautores con un Nobel para Bob Dylan. En escala local, el Premi d'Honor lo ha hecho al otorgar a Raimon el mismo galardón que recibieron, recordó él mismo, dos personas que lo marcaron tanto como Salvador Espriu y Joan Fuster. Ha esperado a que el artista haya cumplido los 74 años, aunque Jordi Carbonell promoviera su candidatura varias veces sin éxito. «No solo están los trobadores; también la canción es literatura», apuntaba ayer Raimon. Aunque, eso sí, Sallés, como representante del jurado, pareciese sentirse un poco forzada a justificar la concesión de un galardón que hasta ahora solo había recibido escritores, historiadores, filólogos y ensayistas recordando los libros que Raimon publicara en los años 70 y 80 y su labor de difusión de la literatura catalana medieval, renacentista y del siglo XX. A su vez, Raimon añadió que su oficio habría sido el de historiador si a su debut musical no le hubiese seguido el vendaval que vino después: «Al vent se me llevó hacia otro lugar en el que aún estoy».

LA CULTURA CATALANA Y EL MUNDO / En respuesta a los elogios sobre su labor de proyección internacional de la cultura catalana, Raimon destacó que ha viajado por todo el mundo «siempre cantando en catalán». «Para los ciudadanos que hemos tenido la suerte de vivir en un pueblo pequeño, una nación no reconocida internacionalmente, con una lengua sin muchos millones de hablantes y que ha tenido los vecinos que ha tenido, el problema es la internacionalización de lo que somos, que los demás vean que eres algo distinto dentro del Estado en el que estás». Un reto que «no se acabaría aunque se consiguiera un Estado propio» ante la «tendencia a la homogeneización».

Y en cuanto a la actualidad política: para Raimon el proceso soberanista parece que «por ahora va bien» pero, añade, «lo que viene ahora por delante no lo sabemos, y está todo muy lejos». Y su influencia en Valencia es incierta. «Ya se sienten los daños colaterales, los señores que gobiernan desde 1995 y que quieren quebrar la presencia del valenciano», pero tanto podría pasar que «el anticatalanismo se haga aún más fuerte» como que «desde aquí haya una fuerza que se haga respetar».

El acto de entrega del Premi d'Honor se realizará en forma de acto de homenaje el 10 de junio, en el Palau de la Música Catalana. Antes, del 8 al 11 de mayo, Raimon ofrecerá durante cuatro días un recital antológico con la colaboración de la Escola Coral de l'Orfeó Català.