CRÓNICA

Homenaje al eterno 'dream-team'

Cesc Gelabert dibuja en 'Foot-ball' una vistosa conexión entre fútbol y danza

Un momento del espectáculo 'Foot-ball', en la Sala Tallers del TNC.

Un momento del espectáculo 'Foot-ball', en la Sala Tallers del TNC.

JOSÉ CARLOS SORRIBES / BARCELONA

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Pocos equipos en la historia del fútbol han desarrollado un juego más coreográfico que el que hizo del Barça tricampeón de Europa entre el 2006 y el 2011 uno de los mejores, sino el más grande, de la historia. Es por ello que poco, o nada, deba sorprender que un coreógrafo como Cesc Gelabert haya rendido su particular homenaje a aquel dream team en el espectáculo dream teamFoot-ballque estrena la Sala Tallers del TNC.

Dos mundos

Socio del Barça desde su infancia y excelente jugador de fútbol en su juventud, Gelabert ha plasmado en una atractiva y vistosa propuesta los nexos evidentes, los puentes que unen dos mundos en apariencia tan lejanos como la danza y el fútbol. Junto a otros siete bailarines, desmenuza los movimientos y gestos de estrellas como Messi, Xavi, Iniesta, Puyol y Valdés. Gelabert se reserva dos breves solos, el primero con la metáfora inequívoca del entrenador. Así lo revelan en el vídeo que arropa su baile las caras de Rijkaard, el entrenador que abrió el camino del éxito, de Pep Guardiola, el piloto del cuatrienio glorioso, y Tito Vilanova, el que puso el broche con la Liga de los 100 puntos.

Trabajo videográfico

El coreógrafo ha diseñado un espectáculo en el que un elaborado trabajo videográfico tiene tanto relieve como la coreografía, con imágenes de partidos que emocionan al espectador más culé y otras complementarias de los bailarines. La fuerza, épica y emotividad de ese apoyo es tan grande que pueden incluso eclipsar las acciones de la escena, algo discontinuas por las constantes entradas y salidas de los bailarines. Gelabert recrea con ánimo científico la conexión entre los gestos técnicos del fútbol y la danza, pero Foot-ball se queda más lejos en el reto de transmitir la pasión y energía que rodean al juego o su sentido más colectivo.

Es por ello que los mejores momentos del montaje son acciones individuales como la suerte del penalti -con un bailarín en el doble rol de lanzador y portero-, las paradas voladoras de Valdés y, cómo no, la obra de arte de Messi ante el Getafe, la versión 2.0 del gol de Maradona en México-86. Con los todos los bailarines mirando a la pantalla se llega a tener la impresión de que ni se atreverán a recrearlo.

Magnífica música

El acabado exquisito, con una magnífica y variada música original de Borja Ramos y una acertada iluminación de Conxita Pons y del propio Gelabert, acaban por dejar un buen poso en una propuesta innovadora y valiente. Hay siempre la intención de atrapar la belleza y la estética de unos movimientos, pura geometría en aquel dream team que alejan el superado tópico de que el fútbol es un juego primario con 11 tipos en calzón corto detrás de un balón. De la misma manera que es fácil aventurar que Pep Guardiola estaría encantado con Foot-ball