UNA FORMACIÓN FORJADA EN FAMILIA

Hermandad del viento

La Hypnotic Brass Ensemble, banda formada por siete hermanos, debuta hoy en Barcelona

Los componentes de la Hypnotic Brass Ensemble, en una imagen de promoción.

Los componentes de la Hypnotic Brass Ensemble, en una imagen de promoción.

ROGER ROCA/ BARCELONA

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Son hijos de un trompetista de jazz que tocó con Sun Ra y Earth Wind & Fire que les enseño música y principios. Crecieron juntos, aprendieron juntos y hace 15 años pusieron en marcha una poderosa banda de metales. Una de sus últimas canciones forma parte de la banda sonora del taquillazo Los juegos del hambre, han colaborado con Damon Albarn, Prince y Erykah Badu. Hypnotic Brass Ensemble se estrenan este sábado (22 horas) en el Marula Café de Barcelona, un club de música negra que celebra su quinto aniversario.

«Llevamos toda la vida juntos. De pequeños nos gustaban las mismas cosas, pero cuando creces cambias. A veces no nos podemos poner de acuerdo ni para comer en el mismo restaurante. Lo fácil es la música. Cuando tocamos todo encaja», dice Cid, trombonista y uno de los hermanos mayores del grupo. Hasta hace poco eran ocho, pero uno de ellos tuvo que dejar el grupo para atender a su familia. «Fue devastador. Pero nos lo tomamos como una oportunidad para probar cosas nuevas». Orgullosos de su identidad, se definen como una banda de metales de Chicago, una tradición musical distinta a la más famosa, la de Nueva Orleans. «En Chicago tenemos otro sonido. Menos anárquico, más denso y con muchos acordes. Más funky», concluye.

Documental

La historia del grupo, recogida en el documental Hypnotic brothers que se proyectó en el festival In-Edit el año pasado, es cualquier cosa menos convencional. Crecieron bajo la tutela de tres madres distintas y un padre, el trompetista y activista Phil Cohran, que les preparó con mano dura para ser excelentes músicos pero también ciudadanos ejemplares. «Cuando éramos adolescentes nos dimos cuenta de que había cosas en las que éramos auténticos ignorantes y que teníamos que descubrir por nuestra cuenta, porque nuestro padre no nos las iba a enseñar». De casa tomaron la disciplina, el jazz, el interés por la enseñanza -«nuestro sueño es abrir escuelas de música para niños en todas partes»- y una conciencia política que les hace ser recelosos con la gran industria. En la calle descubrieron el hip hop, que es parte integral de su sonido, y el contacto con el público.

Hypnotic Brothers Ensemble fue un grupo callejero de gran éxito. «Vendimos alrededor de 200.000 discos tocando en la calle y ganamos más dinero que si hubiéramos tocado en clubes», asegura Cid. «No hay mejor aprendizaje que tocar en la calle para gente que no te conoce. Lo tuvimos que dejar por culpa de los festivales, fue una decisión económica». La fama de Hypnotic llegó al circuito comercial, pero los promotores se negaban a pagar buenos cachés para un grupo callejero.

Pusieron un pie en clubes y festivales y no han vuelto atrás. Su reputación les ha llevado incluso a festivales de rock tan multitudinarios como el de Roskilde, y varias multinacionales andan tras su próximo disco. Aceptan colaborar con la gran industria pero su modelo ideal es el de Damon Albarn, exlíder de Blur, que publicó un disco de Hypnotic en su propia discográfico. «Un estudio propio, prestigio para colaborar con quien te apetezca y la posibilidad de hacer la música que quieras y hacerla llegar a cualquier rincón del mundo. Eso es lo que queremos». Y están decididos a conseguirlo.