El harén de Pep

Pep Munné no pisaba un escenario catalán desde el 2009, cuando hizo doblete con el divertido vodevil Boeing-Boeing y Trueta, biopic del célebre cirujano de la guerra civil que protagonizó en el TNC. Ha sido en Madrid donde en este último lustro se le ha visto prolíficamente sobre las tablas con títulos como Angelus Novus, Casa de muñecas, Subprime o Lo que vio el mayordomo, actualmente de gira. El actor barcelonés ha vuelto a casa con Nues, la versión en catalán de Desnudas, comedia escrita por Roberto Santiago, director y guionista de películas como El penalty más largo del mundo y responsable de la adaptación escénica de El otro lado de la cama. Nues, bajo la dirección de Eduardo Durán, se ha estrenado en el Teatre Borràs con Mònica Pérez, Mone Teruel y Alba Sáez completando el reparto.

Si en Boeing-Boeing, clásico francés de 1960, Munné se ponía las botas con tres azafatas combinando los vuelos de sus respectivas compañías sin despertar sospechas, en el nuevo vodevil el guion da un giro radical: también se beneficia a tres mujeres pero son estas las que, conocedoras del enredo, deciden irse a vivir las tres con el donjuan.

Machista e infantil

«El señor tiene un harén, pero la idea es de ellas. Es un vodevil moderno, ácido, sobre las relaciones de pareja y los problemas de convivencia», relata Munné, que vuelve a vérselas con un personaje «muy machista e infantil». Encarna a un director de cine incapaz de elegir entre su productora y esposa, su guionista y su nueva y joven actriz. El pobre hombre no se decide y ellas le sorprenden con montar el cuarteto.

La vida de los artistas, admite Munné, da mucho juego a las infidelidades. «Sí, es un oficio que te lleva a viajar y distanciarte de tu pareja y te permite conocer mucha gente. Es fácil la promiscuidad». Desvela que el autor escribió el texto a partir de una experiencia personal.  «Es una situación llevada al límite, lo que deriva en una estructura muy teatral, pero podría suceder, por qué no». Él, eso sí, sigue creyendo al máximo en la vida conyugal. «Voy por el tercer matrimonio y estoy muy feliz. Y mientras duraron los dos anteriores también lo fuimos. Yo insisto».

También insistirá con Velvet, serie con la que rodará tres nuevos capítulos de la tercera temporada, y tiene algún otro proyecto en los telones de la capital. Los de su ciudad natal se le resisten. «Allí hay más trabajo y más variado. Aquí es más difícil si no perteneces a un grupo de trabajo», lamenta.