pantallas

Guionistas del futuro

MIKEL LEJARZA

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Cuando se presentó la primera máquina de escribir , hubo quien la consideró una invención absurda: escribir a mano era más rápido. Con la tele hubo comentaristas que se preguntaron quién tendría tiempo e interés en permanecer sentado e inmóvil frente a una pantalla. Los responsables de los ferrocarriles de EEUU no entraron en el capital inicial de la aviación porque «estaban en el negocio del tren», sin darse cuenta de que estaban en el del transporte. En 1962, un ejecutivo de la discográfica Decca rechazó a un grupo porque los «cuartetos con guitarras ya no se llevaban». Eran los Beatles. Phillip Franklin vicepresidente de la White Star Line refieriéndose al Titanic dijo que era insumergible. Steve Ballmer, CEO de Microsoft, avisó en el 2007 que el primer smartphone de Apple no triunfaría. Se vendieron más de 116 millones de unidades ese año. Y recientemente Zubizarreta declaró que Vermaelen era un fichaje de rendimiento inmediato. Admitámoslo, todos nos equivocamos.

Ahora, los que se dedican a definir el futuro, hablan sobre software que predecirá los atascos antes de que se produzcan; de sistemas de traducción instantánea; de lentes de contacto que nos permitirán mirar como Terminators; de una sociedad sin cables ni enchufes que viajará de Barcelona a Nueva York en poco más de una hora; de cuerpos monitorizados constantemente; de plantas de café mutantes que producen ya descafeinado y de personas con siglo y medio de vida. De acuerdo al futurista William Crossman, en el 2050 la comunicación escrita estará obsoleta porque las nuevas generaciones abandonarán las actuales tecnologías de la información y se sustituirán por los nuevos medios y sus correspondientes lenguajes y códigos. Para el crítico de internet Nicholas Carr, el uso continuado de la red y los buscadores producen efectos neurológicos negativos: pérdida de la capacidad de reflexión, síntesis y análisis del contenido profundo de las cosas y su significado. «Cuanto más usamos la web, más distraído se hace nuestro cerebro», afirma. Pero Cory Bergman, cofundador de Breaking News, mantiene que en pocos años lo que ocurra se narrará en directo y tiempo real por una multitud de testigos a través del streaming de vídeos desde el propio lugar en el que se produzca la noticia, con lo que estaremos al instante allá donde queramos estar sin intermediarios.

La historia, que siempre contiene ejemplos para todo, nos muestra que pesimistas y optimistas se equivocan por igual. Ante tanta incertidumbre sí hay alguna certeza. Es posible que en no mucho tiempo los scrolls, pantallas de plástico en miniatura que reproducen imagen y texto, sustituyan a las modernas tablets; que mientras asistamos al cine cenemos sushi y nuestro teléfono inteligente nos lea un libro tras chequear nuestra salud y comprar lo necesario para mantenerla. Pero con seguridad habrá personas a quienes una historia les martillee el cerebro pidiendo salir para ser contada. Esos autores y creadores capaces de imaginar sueños y realidades que nos emocionan han sido siempre los mejores guionistas del presente y los únicos que tienen asegurado un lugar en el futuro. Defendámoslos.