REVELACIÓN DEL FLAMENCO CATALÁN

El grito del silencio

El cantaor Salao presenta hoy su primer disco en el Mercat de Música Viva de Vic y mañana actúa con grupo eléctrico en la Mercè

El cantaor de L'Hospitalet José Antonio Martín Yáñez 'Salao'.

El cantaor de L'Hospitalet José Antonio Martín Yáñez 'Salao'.

LUIS TROQUEL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

José Antonio Martín Yáñez es hombre de pocas palabras. Canta casi más que habla. Y cuando está sobre un escenario, se transforma en Salao. Así le bautizó al escucharle el patriarca Parrita. Salaíto, le llamaban muchos al principio. Y hasta llegó a grabar un disco con otro nombre, impuesto por la discográfica: El Furia. Y otro estilo más rumbero, también impuesto. Pero ahora, por fin, acaba de publicarse el esperado debut discográfico de Salao. De flamenco por derecho. Jondo y sin aditivos. Puro, aunque no necesariamente ortodoxo.

En los últimos años una aureola casi mítica rodea tan tardío despertar artístico. Tanto su cante imprevisible como su insondable personalidad le han convertido en artista de culto. Figura enigmática y voz encendida. Por eso, la presentación de este primer disco cobra rango de acontecimiento. Será esta misma noche (20.45) dentro del Mercat de Música Viva de Vic, en L'Atlántida. Curiosamente, casi a la misma hora, en otro escenario de dicho centro cultural, actúa Adrià Puntí. Dos trayectorias llenas de concomitancias. Dos voces crisálidas que, casi al mismo tiempo, han logrado escapar al encierro de su propia leyenda.

Con otro repertorio y otro formato, denominado Salao eléctrico, también actuará mañana en las fiestas de la Mercè. A las 22.30 en la avenida de la Catedral, compartiendo escenario con la cantaora Argentina.

Alemán, catalán y onubense

Diferentes nombres artísticos y diferentes orígenes. Porque Salao es de L'Hospitalet del Llobregat, del barrio de La Torrassa, pero nació y vivió sus primeros meses en la ciudad alemana de Mannheim, en 1974, donde sus padres trabajaban. «Ellos venían de Huelva, mi padre del Alosno y mi madre casi de la frontera con Portugal», explica Salao. Y la naturaleza de esas tierras, a las que viajaba de niño cada verano, da título a su disco: Jara en el camino (con las guitarras de Chicuelo y David Cerreduela). ¿Podemos hablar entonces de Salao como un valor más del boom de voces onubenses que caracteriza el cante del siglo XXI? ¿O como la gran revelación del actual flamenco catalán? A la altura de los grandes nombres surgidos en la década de los 90.

Y es que en realidad fue entonces cuando su voz de vertiginosos agudos empezó a hacerse un sitio en los mejores tablaos de Barcelona: Cordobés, Carmen... Luego recorrió el mundo en la compañía de Joaquín Cortés. Y luego el ostracismo, sumido en un silencio que solo interrumpía para cantar. «Yo me considero una persona alegre», dice con la extremada timidez que le caracteriza. «Pero viví unos años muy malos: falleció mi padre y luego uno de mis hermanos, a mi madre le afectó tanto que tuvo que ingresar en una residencia y luego yo me divorcié de la madre de mis dos hijos».

Cantaor de inspiración. De los que nunca sabes en que tercio va a despegar y lo alto que te va a llevar. «Yo creo que con el arte se nace, al menos a mí nunca nadie me ha enseñado a cantar, solo los discos».