El gran Philip Seymour Hoffman

El actor muere en Nueva York a los 46 años víctima de una sobredosis

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EL PERIÓDICO
NUEVA YORK

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Philip Seymour Hoffman tenía problemas con las drogas. Graves problemas. Se sabía en todo Hollywood porque él mismo lo había confesado. Pero aun así, el mundo del cine encajó son estupor su muerte, ayer en Nueva York. Un amigo suyo encontró el cadáver en su apartamento de Greenwich Village, en Manhattan, a las 11.30 horas de la mañana (las 18.30 en España). Según el diario The New York Post, que citaba fuentes policiales, falleció a causa de una sobredosis a los 46 años. Triste final para uno de los mejores actores de su generación, que ganó un Oscar como mejor intérprete por su papel en Capote (2005) y fue nominado tres veces más como actor de reparto por The master (2012), La duda (2008) y La guerra de Charlie Wilson (2007), estatuilla que se llevó aquel año Javier Bardem por No es país para viejos.

La policía abrió una investigación para esclarecer el deceso del protagonista de Love Liza. El amigo que acudió al piso de Hoffman en la calle de Bethune llamó a los servicios de emergencias, que no pudieron hacer nada por él. El intérprete ya había reconocido en vida que tenía problemas de adicción a las drogas y se había sometido el año pasado a un programa de rehabilitación de 10 días para abandonar la heroína (la esnifaba) y los medicamentos (estaba enganchado a las pastillas).

Según explicaba a sus amigos, llevaba 23 años limpio de drogas (cometió excesos durante su etapa como estudiante universitario) hasta que volvió a caer en ellas. El retorno al infierno le resultó fatal; le encontraron con una jeringuilla en el brazo y restos de heroína a su lado.

«Estamos destrozados por la pérdida de nuestro querido Phil y apreciamos las muestras de amor y el apoyo que hemos recibido de todo el mundo. Esta es una pérdida trágica y repentina, y pedimos que respeten nuestra privacidad durante este tiempo de duelo», escribió su familia en un comunicado. El intérprete, hijo de un exejecutivo de la Xerox y de una jueza de tribunales de familia, deja viuda (la diseñadora de vestuarios Mimi O'Donnell, a la que conoció en 1999) y tres huérfanos: dos niñas, Tallulah, de 7 años, y Willa, de 5, y un niño, Cooper Alexander, de 10.

23 AÑOS DE CARRERA / El 2005 fue el año en que Hoffman se llevó más premios de una tacada gracias a Capote. Además del Oscar, recogió el Globo de Oro, el premio del Sindicato de Actores y el Bafta. Para entonces ya había ganado todos los elogios habidos y por haber durante una carrera que se alargó durante 23 años por sus poderosos retratos de personajes extravagantes, a veces despiadados, en películas como Boogie NightsAlmost famous Magnolia.

Pero el neoyorquino no solo fue una estrella de cine comercial (Twister, Los juegos del hambre) o independiente. También fue un consumado actor de teatro, tal y como certifican las tres nominaciones a los premios Tony: al mejor actor protagonista en el 2000 y el 2012 por sus papeles en True West y La muerte de un viajante, y como mejor secundario en el 2003 por Viaje de un largo día hacia la noche. También dirigió varias producciones teatrales.

En televisión también tuvo una buena trayectoria. Fue nominado  a los Emmy por su papel en la miniserie de HBO Empire Falls (2005), pero le derrotó Paul Newman, compañero de reparto e ídolo suyo.

EL DOLOR DE GEORGE CLOONEY / Uno de sus colegas más célebres, George Clooney, que le dirigió en Los idus de marzo (también actuó en el filme), estaba muy afectado por la luctuosa noticia: «No tengo palabras. Es simplemente terrible».