Gloria Fuertes, una tertulia con su nombre y un rincón al sol en Málaga

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José Luis Picón

Gloria Fuertes inició a principios de los años 70 una larga vinculación con Málaga, donde se relacionó con los principales intelectuales de la época, llegó a participar en una tertulia poética con su nombre y disfrutó del sol cada verano hasta los últimos años de su vida.

"Llevo seis semanas mirando al mar. Leo, escribo algo -paz, silencio-. Mi habitación sobre el mar parece un barco. Voy sin nadie. Navego a la nada", escribió en su poema "Verano 1992", compuesto desde el hotel de Rincón de la Victoria donde solía alojarse.

Gloria Fuertes (1917-1998) es la protagonista de la exposición de mayo del ciclo del Documento del Mes, que acoge el Archivo Histórico Provincial de Málaga, el cual le rinde así homenaje en el centenario de su nacimiento.

Para ello, muestra una serie de documentos relacionados con la poeta, algunos cedidos para la exposición por el escritor José Infante, que mantuvo una larga amistad con Gloria Fuertes.

"La conocí durante mi primera estancia en Madrid, de 1966 a 1970, en las tertulias literarias de la Librería Abril, en las que se reunían los poetas del 50, de los que ella formaba parte", ha relatado hoy Infante a Efe.

A su regreso a Málaga, José Infante se encontró en 1971 un día a Gloria Fuertes en el balneario de los Baños del Carmen, "bebiendo muy temprano y muy triste porque acababa de morir su compañera durante mucho tiempo".

La poeta había sido invitada a los cursos de Filología Hispánica que dirigía Manuel Alvar, quien años después sería el director de la Real Academia Española.

Alvar también editaría en Málaga el libro de Gloria Fuertes "Cuando amas aprendes geografía", una edición muy limitada cuyo ejemplar número 5, perteneciente a la biblioteca de José Infante, se puede ver en la exposición.

De aquellas estancias en la ciudad surgió una tertulia semanal en la bodega El Pimpi, que en honor a la poeta se llamó los Viernes de Gloria, "para hacer un chiste con lo que se llamaba en la Semana Santa el Sábado de Gloria", recuerda Infante.

Por esa tertulia pasaron grandes intelectuales de la época en un momento en el que estaban afincados en Málaga poetas como Jorge Guillén o Dámaso Alonso y pasaba temporadas la familia García Lorca.

"Ella tenía una gran facilidad de comunicación y se integró muy bien en la ciudad. Veraneó primero en Estepona, después en Fuengirola y sus últimos veinte años, en Rincón de la Victoria, de forma más anónima porque era más mayor", ha añadido.

Fue una gran poeta "ligada a movimientos de vanguardia como el postismo y una figura señera de la Generación del 50, con una poesía social y muy comprometida", y su faceta televisiva se convirtió "en un semillero de afición de mucha gente a la poesía y a la lectura en general", según Infante.

Pese a que ante sus más íntimos no negó su condición sexual, desde que se convirtió en una figura popular para los niños "no hizo ostentación, porque si lo hubiese hecho habría tenido problemas durante el franquismo".

La televisión le dio mucha fama y mucho dinero, pero al mismo tiempo ocultó su verdadera dimensión poética, algo por lo que Gloria Fuertes "sufría mucho".