ROCK-ESPECTÁCULO

Ghost, Belcebú anda cerca

La banda sueca desplegó el misticismo metálico de 'Meliora' en Apolo

ghost

ghost / FERRAN SENDRA

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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La última sensación del rock-espectáculo responde por Ghost, la banda sueca que, con tres discos en catálogo, actuó este lunes en Apolo con las entradas agotadas. Después de habernos tragado lluvias de sangre, llamaradas así de altas y toda clase de ‘atrezzos’ ‘gore’, celebramos que estos muchachos vayan en una dirección un poco más sutil, una liturgia escénica intensa, de resonancias medievales, que dialoga de un modo dinámico con el metal-hard rock, la tiniebla gótica y la melodía.

Dos años después de pasar por el Sonisphere, su 'show' de Apolo se benefició de la proximidad y la sensación de comunión despertadas por el señor cantante Papa Emeritus III, titular temporal porque el grupo cambia de vocalista en cada disco, y los instrumentistas, Nameless Ghouls, necrófagos sin nombre. Acompañados de sendas monjas que ofrecieron la eucaristía a pie de escenario.

ESTILO PROPIO

Sí, hubo teatro, con Emeritus tocado por la mitra papal, pero si cerrabas los ojos aquello seguía aguantándose, ya que quedaba un grupo filo-metálico con un estilo propio, sin el extremismo gutural de Marilyn Manson ni el circo festivalero de Lordi, que mostró épica hard rock con dramatismo sinfónico y tendencia al estribillo ritual (‘Spirit’ y ‘From the pinacle to the pit’, de su nuevo disco, ‘Meliora’), y un cuidado de la melodía muy europeo. Klas Ahlund, el productor del trabajo (del que también tocaron ‘He is’, pieza no lejana al Abba més recogido), viene del electropop: ha colaborado con la también sueca Robyn y con Madonna y Kylie Minogue.

El mensaje fue que una liturgia de choque puede salvarnos de la decadencia planetaria. ‘Con clavi con dio’ y ‘Per aspera ad inferni’, enlazadas, así como ‘Year zero’ (simpático estribillo vociferado por el público: "Belial, Behemoth, Beelzebub, Asmodeus, Satanas, Lucifer…!") y ‘Ghuleh / Zombie queen’, a las que se sumó al final ‘If you have ghosts’, de Roky Erickson, nos situaron a todos un poco más cerca del umbral del apocalipsis. Quizá haber asistido a uno de sus conciertos nos libre de la condena. 

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