Gema 4, pasión 'a cappella'

En 1991, en La Habana, un grupo de veinteañeras quiso demostrar que las formaciones a cappella, asentadas en música tradicional, no eran un eco del pasado. Nació Gema 4, un cuarteto que siete años después se instaló en Barcelona, donde emprendió una carrera que, tras algunas convulsiones (muy en especial, la muerte de una de sus integrantes, Estela Guzmán, en el 2004), llega hasta la actualidad. Gema 4 reaparece este domingo (20.00 y 22.00 horas) en Jamboree, sala muy vinculada a sus primeros tiempos en la ciudad, en el marco del Festival Internacional Ron Palma Mulata del Bolero.

¿Qué llevó en su día, en tiempos de salsa (o timba, como la llaman en Cuba) a cuatro jóvenes a rendir homenaje a repertorios con medio siglo de antigüedad? «Mi familia tenía relación con Elena Burke, de Las D'Aida, y un día nos dijo que era una pena que no hubiera voces para hacer cuartetos como los de antes», explica una de las integrantes, Odette Tellería. No era un cancionero que les resultara tan extraño. «El programa de música clásica en las escuelas incluía música tradicional cubana», recuerda.

Sintonía con Llach

En Barcelona aterrizaron justo a tiempo para beneficiarse del revival de la música tradicional cubana vía Buena Vista social club, y encontraron a un público receptivo. «El referente de la música cubana no es lejano para los catalanes, y no me refiero solo a Machín», señala Odette Tellería. Gema 4, cuyos integrantes han mantenido siempre el pasaporte cubano y han regresado ocasionalmente a su país, compartió un espectáculo con el grupo de habaneras Port-Bo, y Tellería trabajó con Lluís Llach en el recital Germanies 2007 (2000, donde cantaba a dúo la loa al mestizaje Dóna'm la mà) y en el disco y gira Jocs (2002). «Nos entendimos bien. Aprendí mucho de Lluís, de su su manera de entender la música, la cultura, la sociedad...» Sus compañeras Laura Flores y Estela Guzmán grabaron con Ibrahim Ferrer y se enrolaron en alguna de las giras de Buena Vista social club. 

La desaparición de Guzmán fue una fuerte sacudida. «Fue tan duro que casi lo he borrado de mi mente», musita la cantante. Tellería, Flores y Michele Alderete renovaron el cuarteto con la israelí Tal Ben Ary. «Vino de su país sin hablar apenas castellano, con muchas ganas de cantar música cubana, que adoraba. Era la persona que podía hacer que pudiera tener ganas de cantar de nuevo», destaca. Reafirmaron su identidad a cappella, sin apoyos instrumentales ni tan solo ornamentales. «Es nuestra distinción. Más que lo que cantamos, es cómo lo cantamos», explica. Y pasión por el bolero, un género que cultivan en su cuarto disco, A new dream (2013), y con el que mantienen «una relación intensa».