CRÓNICA DE CONCIERTO

Una imponente 'Misa' de Mozart con Gardiner

El maestro elevó a la categoría de excepcional la interpretación de la obra a cargo de The English Baroque Soloists y el Monteverdi Choir

John Eliot Gardiner

John Eliot Gardiner / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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La distancia entre la excelencia y la normalidad, por no decir la mediocridad, en la interpretación de las grandes obras de la música quedó patente el domingo en el AuditoriJohn Eliot Gardiner, al frente de The English Baroque Soloists y el Monteverdi Choir, sentó cátedra con la recreación de la 'Misa en do menor'. Fue impresionante la versión de esta magna obra inacabada de Mozart, única de sus 17 misas escrita por iniciativa propia y con marcada influencia de Bach y Händel. El emocionado público no pudo contenerse y, olvidándose de esos segundos mágicos de recogimiento que siguen tras el impacto de la ejecución de piezas de esta envergadura, expresó su entusiasta admiración  por la sacudida espiritual que había recibido.

Lo que acababa de oírse era música de otro mundo. Un sonido extraordinariamente equilibrado, compacto, poderoso y lírico a la vez y sin que la orquesta  de instrumentos de época sobrepasara nunca al coro y a los solistas. Si alguna vez se puede hablar de voces celestiales es en ocasiones como esta. Maravilloso el Monteverdi Choir, creado por el maestro hace más de medio siglo. Todos y cada uno de sus integrantes muestran un nivel propio de una selección meticulosa. Son solo 26 componentes, pero todos cantantes de primer nivel que unen su virtuosismo en un comprometido esfuerzo común. Por si fuera poco, la aportación de las sopranos Amanda Forsythe y Hannah Morrison resultó deslumbrante, especialmente en pasajes como 'Et incarnatus est', con inolvidables diálogos con la flauta, oboe y fagot.

'PASIÓN' EN MARZO

A sus 72 años, Gardiner es todavía más exigente en la profundidad de la interpretación de las obras. El recuerdo de su apabullante versión de la 'Misa en si menor' de Bach en el Palau multiplicó la expectación por esta escala de su gira con Mozart en Barcelona, ciudad a la que volverá en marzo (al Palau) con la 'Pasión según san Mateo'. Su desarrollo de la última misa mozartiana es un ejemplo de inmersión musical en lo litúrgico. Tras el épico 'Kyrie', llegaron los soberbios episodios del 'Gloria', llenos de vibrante coralidad y con el sobrecogedor 'Qui tollis'. Las formaciones estallaron en el 'Credo', con la eclosión del 'Sanctus', el vibrante 'Hosanna' y el cuarteto del 'Benedictus'.

En la primera parte, la orquesta (distribuida en plataformas para ayudar a una mejor proyección sonora) exhibió su carisma con una ejemplar ejecución de la 'Sinfonía, número 41, 'Júpiter'', que sustituyó a última hora a la número 40. Ningún problema cuando se muestra esta insuperable calidad. Una aclamada propina cerró una de las más impactantes veladas de los últimos años.

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