Tras el rastro de García Lorca

García Lorca junto a su madre, en el recibidor de la Huerta de San Vicente

García Lorca junto a su madre, en el recibidor de la Huerta de San Vicente / periodico

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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El tiempo y las circunstancias que rodearon la muerte de Federico García Lorca han contribuido a agrandar el mito y generar una atracción por el poeta como símbolo de libertad que supera incluso a la generada por su producción literaria. Y aunque en su obra abundan las referencias a sus 38 años de vida en Granada, la ciudad alberga apenas una decena de sitios oficiales que recogen la huella del granadino más universal. Entre ellos llama la atención el Centro Federico García Lorca, un inmueble destinado a la conservación y estudio de los fondos de la fundación familiar y que, sin embargo, en el año que lleva abierto aún no ha podido cobijar un solo legajo entre sus paredes y vitrinas.

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El tabú que se extendió tras la muerte de Lorca por Granada no fue saldado hasta 2010, cuando siete décadas después de su muerte la ciudad dedicó la primera estatua al poeta, ubicada en la Avenida de la Constitución. Sin embargo, algunas instituciones como la Diputación de Granada ya iniciaron en los años 80 una ardua labor de reconocimiento de la figura del dramaturgo, adquiriendo la casa de labranza de Fuente Vaqueros donde nació Federico el 8 de junio de 1898. En esta casa de la vega granadina donde pasó sus primeros años ubicaría precisamente 'Los sueños de mi prima Aurelia', la pieza en la que trabajaba cuando fue detenido en 1936.

Convertida en casa-museo hace justo 30 años, la vivienda muestra numerosos recuerdos familiares y personales. Aquí se ubica también el Centro de Estudios Lorquianos, lugar de referencia para investigadores y estudiosos de su vida y su obra, y albergó en 1976 el famoso ‘el 5 a las 5’, una convocatoria de homenaje al poeta convertida en “el primer acto de democracia que se hizo en España”, como recuerda el director del Patronato Garcia Lorca, Alfonso Alcalá.

EL PUEBLO DE BERNARDA ALBA

Las huellas del autor del 'Romancero gitano' atraviesan un paisaje de choperas y de campos hasta llegar a la casa familiar de Valderrubio, reconstruida para ser también convertida en espacio museístico. Los García Lorca se instalaron entre 1905 y 1909 y tras mudarse al centro, quedó relegada como casa de vacaciones hasta 1926. Alcalá explica que aquí fue donde Federico conoció el primer teatrillo ambulante y despertó su interés por este género. Aunque Valderrubio inspiró buena parte de sus obras, como 'Soña Rosita la soltera' o 'La casa de Bernarda Alba', Lorca preferiría referirse al lugar como la Vega de Zujaira para evitar el vergonzante topónimo de Asquerosa (derivación de Aqua Rosae), nombre oficial del pueblo en esa época.

Salvo la Huerta del Tamarit, la casa de una prima de Federico donde éste comenzó a gestar algunos poemarios, apenas queda rastro de las

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distintas viviendas de alquiler en las que residió la familia cuando se trasladó al centro de Granada para facilitar la asistencia al colegio de los vástagos, como la ubicada en la Acera del Darro. Una casa lujosa para la época a cuyas aldabas en forma de mono haría referencia años más tarde en uno de poemas de 'Poeta en Nueva York' y actualmente convertida en hotel. Tampoco del café La Alameda, transformado hoy en restaurante, donde Federico participaba en la tertulia literaria de El Rinconcillo. Otro hotel se levanta entre las calles Ángulo y Tablas, antaño la casa del poeta Luis Rosales en la que Lorca se refugió en agosto del 36 cuando empezaron a circular las noticias de que iban a por él. Solo se conserva original el patio interior y la puerta lateral por la que salió detenido el día 16.

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El último espacio visitable es la Huerta de San Vicente, la casa familiar de verano desde 1926. Convertida en centro cultural, todavía se conserva muebles, cuadros y enseres de los Lorca, como el escritorio del poeta o un piano de cola. La ruta oficial concluye en el parque García Lorca de Alfacar, junto al barranco repleto de fosas comunes en el que una lápida recuerda que "Lorca somos todos". Aquí fue donde se ubicó durante años su tumba, aún no encontrada. En la misma zona se encontraba La Colonia, una antigua vivienda reconvertida en cárcel falangista que el Ayuntamiento de Víznar ha pedido reconstruir en algunas ocasiones para reconvertirlo en un centro de interpretación de la Guerra Civil.

DEUDAS EN LA FUNDACIÓN

El rastro termina en el Centro García Lorca, un espacio abierto en 2015 destinado a la conservación y el estudio de los 5.000 manuscritos del poeta, dibujos de Dalí o fotografías depositadas en la Residencia de Estudiantes de Madrid y que todavía se encuentra vacío. Los desencuentros han provocado que la Fundación que custodia dichos fondos artísticos, dirigida por sus herederos, abandone el consorcio que gestiona el centro, justo cuando las administraciones públicas le reclaman que devuelva o justifique ayudas de hasta 4,5 millones de euros destinadas a la puesta en marcha del proyecto. La fundación, que también acumula deudas millonarias por préstamos hipotecarios o con la empresa constructora, atribuye las dudas a su antiguo secretario, al que ha denunciado por posible apropiación indebida y falsedad documental. Un conflicto que ha acabado ensombreciendo el que iba a ser el principal tributo de Granada a Lorca.