homenaje A SU RELACIÓN CON LA CIUDAD

Gabriel García Márquez, listo para tener calle

Barcelona concede la medalla de oro a título póstumo al escritor

Gabriel García Márquez, en su última visita a Barcelona, en el año 2005.

Gabriel García Márquez, en su última visita a Barcelona, en el año 2005.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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El Ayuntamiento de Barcelona cumplió ayer el trámite necesario para que el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, fallecido el pasado mes de abril, pueda tener una calle o cualquier otro espacio público en Barcelona con su nombre sin esperar a los preceptivos cinco años a partir de la fecha de su muerte: ser poseedor de la medalla de oro de la ciudad, aunque sea, como es el caso, a título póstumo.

La relación de Gabriel García Márquez con Barcelona fue intensa: apadrinado por su agente Carme Balcells, al igual que otros componentes del boom de las letras latinoamericanas como Mario Vargas Llosa, vivió en la capital catalana entre 1967 y 1974, periodo en el que, inspirado por la senectud del general Franco, escribió El otoño del patriarca. Barcelona fue el lugar donde la amistad entre los dos premios Nobel y sus respectivas familias fue fraternal (y donde sucedió un desacuerdo conyugal que ninguno de los dos ha revelado, que rompió su relación y que desencadenó el mítico puñetazo del peruano al colombiano, en México).

El pleno del ayuntamiento de la capital catalana acordó por unanimidad reconocer con esta medalla «la especial contribución a enriquecer el patrimonio literario barcelonés y universal» que hizo García Márquez. En la defensa de la moción, el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, señaló que la voluntad de honrar la memoria de alguien que «ha dado fama mundial a nuestra ciudad» no se limitará a la concesión de la medalla.

BIBLIOTECA CON SU NOMBRE / El reconocimiento a García Márquez incluirá el bautizo con su nombre de la reformada biblioteca del distrito de Sant Martí. Solo ha recibido un homenaje similar en la ciudad el mexicano Octavio Paz, cuyo nombre lleva una escuela pública de La Sagrera. Aunque, si nos remontamos a la literatura latinoamericana anterior al boom tienen presencia en los espacios públicos de Barcelona Pablo Neruda (una plaza), Rubén Darío (una escuela y una plaza) y Gabriela Mistral (una plaza).

Sin embargo, el Icub tiene «en estudio» alguna forma de reconocimiento en las calles de la importancia del boom en la vida cultural de Barcelona de los años 70, sea con la colocación de placas o la señalización de un itinerario que recorra los lugares emblemáticos que frecuentaba la generación de escritores y editores que crearon este fenómeno. Quizá tarde más, aunque a partir de ahora ya sea posible, dedicar una calle, parque o jardín a García Márquez. Son 200 los nombres ya aprobados por la ponencia de nomenclátor como candidatos (trámite que ahora debería pasar el nobel) y escasos los espacios disponibles.