La Fundación Picasso de Málaga muestra sus fondos en la ciudad francesa de Pau

La exposición está compuesta por 66 grabados del artista y se exhibirá hasta el 15 de diciembre

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La exposición 'Picasso. L'éternel féminin' (Picasso, el eterno femenino), con obras que son propiedad de la Fundación Picasso, se mostrará a partir de este jueves en las salas del Musée des Beaux-Art de la ciudad francesa de Pau tras haberse exhibido en el de Quimper, en la Bretaña Francesa, entre el 23 de mayo y el 18 de agosto, y haber recibido 60.000 visitantes.

La muestra, compuesta por 66 grabados del artista malagueño, se exhibirá en la capital del departamento de Pirineos Atlánticos en la región de Aquitania hasta el 15 de diciembre, según han informado desde el Ayuntamiento de Málaga en un comunicado.

La figura de la mujer ha sido uno de los temas iconográficos más constantes en la obra del pintor, por lo que 'Picasso. L'éternel féminin' supone una aproximación global a la presencia de la mujer en el artista malagueño a través de sus diversos modelos y transformaciones.

Habitante de un mundo femenino que gravitaba primero alrededor de sus hermanas y de su madre, y de sus distintas compañeras y esposas más tarde, el artista se ha enfrentado a la imagen de la mujer, objeto de esta exposición, desde el lugar de quien al mismo tiempo admira e interroga al sujeto femenino.

En el título de esta muestra se recurre a la expresión creada por Goethe porque, según el autor alemán, el eterno femenino reúne a la madre y a la amada en un principio universal que remite a la propia Eva, y que por tanto unifica a las diversas modalidades de la mujer en un modelo intemporal y platónico.

Esta multiplicidad de modelos femeninos se plasma en las 14 secciones en las que se articula la exposición y que recogen 66 obras originales del artista malagueño que abarcan las distintas técnicas de su obra gráfica, con piezas realizadas entre los años 1927 y 1964.

En ellas, la mujer se presenta como un soporte para la manifestación del alma, a la vez que puede ser el retrato de mujeres imaginadas o de personas reales, como las dos últimas, y más intensas, mujeres de Picasso: su compañera Françoise Gilot y su esposa Jacqueline Roque.

Del mismo modo, estas presencias femeninas pueden plasmarse desde una óptica deudora del arte del Renacimiento europeo o del Cubismo creado por el propio Picasso, en escenas que las representan sentadas al modo de los retratos cortesanos, posando para artistas, siendo observadas por hombres u observando a otros personajes.

Con vestimentas de otros siglos y otros ámbitos que no son los nuestros, hay una dualidad de visión en Picasso que puede captar en la mujer en el esplendor de su naturaleza o en sus años de infancia y juventud para someterlas también a situaciones en las que se intenta acceder a su mundo privado e interior.