La Fundació Miró vuelve a sus orígenes

El centro renueva su discurso y recupera los espacios que Sert y el artista pensaron para exponer las obras

Traslado de 'Prades, un carrer' (1917), una de las piezas llegadas con el nuevo depósito familiar.

Traslado de 'Prades, un carrer' (1917), una de las piezas llegadas con el nuevo depósito familiar. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Cuarenta años dan para repasar el pasado y mirar el futuro, y en la segunda de las tareas está la Fundació Miró, que aprovechando el aniversario de cuatro décadas dedicadas a la conservación y al estudio del autor de las 'Constelaciones' ha apostado por "un proceso de renovación", afirma su directora Rosa Maria Malet, que incluye una nueva presentación y ubicación de la colección permanente. Los detalles: cómo se enhebrará el relato para dar una nueva aproximación al trabajo de Miró, qué nuevos diálogos se establecerán entre las piezas y el número total de obras que se exhibirán se darán a conocer el próximo 8 de abril, cuando el centro reabra tras una semana de puertas cerradas. Pero este martes, en pleno proceso de traslado y de llegada de nuevas telas, ya se han podido entrever los nuevos ejes que vertebrarán la colección permanente.

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De entrada, la colección permanente vuelve al sitio que ocupaba hace 40 años y que abandonó con la ampliación del centro, en 1986, a favor de las muestras temporales. La idea es ocupar los espacios que Josep Maria Sert, arquitecto del níveo edificio, y Joan Miró pensaron para las piezas del artista. Los ejemplos más claros son los de los dos trípticos 'L'esperança del condemnat a mort' 'Pintura sobre fons blanc per a la cel·la d'un solitari'. Las monumentales telas "muy significativas de un periodo de Miró y del país", según Malet, volverán a las capillas que arquitecto y pintor idearon para exhibirlos. Una manera de poderse sentir "sumergido en la obra", tal como su creador hacia en su taller y muestra una foto tomada por Català-Roca; y de "notar la tensión de la línea".

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El movimiento de piezas de un lado a otro del edificio tiene también otro objetivo: "Recuperar en la manera de lo posible la relación entre arte y naturaleza, entre el interior y exterior", conceptos tan importantes en la obra de Miró como en la de Sert, pero complicados de conseguir en piezas frágiles y alérgicas a la luz como son las telas y los papeles. Hecho el traslado, las salas actuales de la colección permanente se adecuarán para las muestras temporales. La primera en estrenar espacio será, en junio, la dedicada a Ignasi Aballí, Premi Joan Miró 2015.

'LA NIT' Y 'EL DIA'

Pero además de renovación espacial, habrá también renovación conceptual. Piezas de las reservas volverán a las salas y viceversa, pero con todo lo más importante es el nuevo depósito, 14 obras, que la familia del pintor hará a la fundación. Cesión que, junto con el permiso de integrar la colección Kazumasa Katsuta (alojada hasta el momento en una sala específica) en el recorrido general, dará una nueva lectura del trabajo de Miró. Este martes sacaban de sus cajas piezas importantes, como 'La nit', un óleo de 1974 de cinco metros de largo por medio de alto que por primera vez podrá verse con su pareja: ‘El día’, este llegado a la fundación en un depósito familiar anterior; y otras de primera época como 'Prades, un carrer', de 1917; y 'Mont-roig, església i poble', de 1919. Aunque el de la familia no es el único préstamo a largo plazo que recibirá el centro, a Montjuïc se traslada también 'Pintura (El lleó) de la colección de La Caixa.

Mucho trasiego con un gran objetivo: "Conocer mejor a Miró, un artista que aunque parezca fácil, no se acaba nunca, siempre hay nuevas cosas por descubrir", concluye Malet.