RELATO FRENÉTICO DE UN SANGRIENTO EPISODIO

Fugitivo en el infierno

El director de cine británico Yann Demange revisita en '71', su primer largometraje, las calles de Belfast en pleno conflicto del Ulster

Soldados en el frente 8Fotograma de la película '71', recientemente estrenada.

Soldados en el frente 8Fotograma de la película '71', recientemente estrenada.

NANDO SALVÀ

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Considerando que '71, su ópera prima tras la cámara, es una de las películas que más han dado que hablar durante el último año, cuesta creer que durante mucho tiempo Yann Demange fuera reticente a hacerla. «Trata de un asunto del que yo no sabía gran cosa, y que durante mi infancia fue como un ruido de fondo: recuerdo ver las imágenes que aparecían por la tele, pero poco más. Además, películas como Bloody Sunday (2002) o Hunger (2008) ya lo abordaron magistralmente. ¿Para qué hacer otra más?», se justifica.

El asunto de '71 es el conflicto armado de Irlanda del Norte. Recién estrenada en nuestro país, la película acompaña durante una noche a un soldado británico -la estrella emergente Jack O'Connell-, accidentalmente abandonado por su unidad en las peligrosas calles de la Belfast de 1971, mientras trata de escapar del IRA y en el proceso se enfrenta a una sucesión de horrores. «Con el tiempo me di cuenta de que el guión de Gregory Burke trascendía el conflicto del Ulster para hablar también de lo que hoy sucede en Irak o Afganistán. Decidí que podía hacer una película absolutamente contemporánea y moderna que tocara de cerca al espectador».

Más que tocarnos, '71 nos agarra por el cuello. Es un relato frenético, febril y endiabladamente tenso. Curtido rodando cortos, anuncios y algún telefilme de éxito moderado para el Channel 4 británico, Demange retrata las calles de la ciudad como una puerta de entrada al infierno, llena de figuras amenazantes iluminadas por cócteles molotov y coches en llamas, y en la que los rasgos específicos del conflicto permanecen deliberadamente difuminados. «No he querido ser demasiado polémico ni dar lecciones de historia, pero aun así creo que la película es fiel a la política y no un mero entretenimiento», matiza. «Habla de cosas que, incluso hoy, en las escuelas de Inglaterra no se cuentan. Las autoridades no hablan de ello, ni siquiera el cine lo hace».

En efecto, '71 opta por un enfoque insólito en el cine sobre la convulsa historia del Ulster: la experiencia de los soldados en el frente. «Quiero que el espectador se sienta tan confuso y perdido como se sintieron ellos. Eran muchachos muy jóvenes, que solo pensaban en sobrevivir en medio de una guerra de la que sabían muy poco, y que mientras lo hacían perdieron toda su inocencia».

En tierra de nadie

'71 habla de Irlanda del Norte, pero no solo de ella. Es una película de acción, pero no únicamente. Está situada en tierra de nadie, como su director. Demange nació en París en 1977, de madre francesa y padre argelino, y la familia se mudó a Londres dos años después. «Uno de mis hermanos tiene sangre argentina, el otro de Martinica; siempre hemos sido una familia Benetton». Confiesa que su amor por el cine es también fruto del mestizaje. «Mi madre me animaba a ver esas cintas de VHS con películas de François Truffaut y Ken Loach, y luego mis hermanos me introducían en el cine de John Carpenter, Walter Hill y Sam Peckinpah». Todos esos referentes, reconoce, han estado presentes en su cabeza al dirigir '71«Es un thriller visceral y musculoso, sí, pero no me habría atrevido a explotar unos acontecimientos históricos tan graves con el mero objetivo de vender palomitas», explica. «Ahora bien, eso no impidió que, cuando tuve que rodar la escena de la persecución, me asegurara de rodar la mejor persecución que jamás has visto en una pantalla».