CRÓNICA DE CONCIERTO

Fred Hersch, lección de trazo fino

El pianista de Cincinnati, nombre de culto en el jazz moderno, se estrenó a trío en Barcelona

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Roger Roca

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Cinco años atrás, una tormenta de nieve dejó a la sección rítmica del pianista Fred Hersch atrapada en Nueva York, y lo que tenía que ser su estreno a trío en Barcelona acabó siendo un concierto a piano solo que dejó huella entre los espectadores. Muchos repitieron el lunes, para ver, esta vez sí, al trío de Fred Hersch en el 49 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona. Y a la salida del Conservatori del Liceu, los más devotos de Hersch, pianista de culto en el jazz moderno y mentor de estrellas como Brad Mehldau, debatían si el recital a trío que acababan de ver podía o no competir con el recuerdo de aquel concierto en solitario del 2012. Quizás el Hersch en solitario es más emocionante que la pequeña orquesta de tres que forma junto al batería Eric McPherson y el contrabajista John Hébert. Cuestión de matices, ganas de hilar fino. Porque ahí está la grandeza de la música de Fred Hersch. En el matiz, en el detalle. En el trazo fino.

Como otros pianistas de su perfil, Hersch es una enciclopedia viviente de la música. Solo que en su vasto saber, el pianista de Cincinnati tiene subrayados nombres que para la mayoría de músicos de jazz serían menores. El lunes para empezar eligió una versión de otro músico delicadísimo, el trompetista británico Kenny Wheeler; dedicó una pieza muy melancólica a un pianista de sensibilidad afín a la suya, el recientemente fallecido John Taylor, y estrenó una partitura inspirada en el británico Benjamin Britten, autor de óperas juguetonas y obras llenas de fantasía.

Una manera propia

Son todos nombres que se salen del canon del jazz, aunque el trío de Hersch no se mueve solo en el terreno de las rarezas. A su manera, subvirtiendo ligeramente los roles tradicionales de líder y acompañamiento, también tocaron estándares y se encomendaron por dos veces al cancionero anguloso de Thelonious Monk, uno los nombres de cabecera de Hersch, que cerró el concierto a piano solo con el clásico 'Round midnight'. "El final ha sido lo que más me ha conmovido", decía a la salida una espectadora que aún tenía grabado el concierto del 2012. A otros les había impresionado la delicada maquinaria de un trío que busca una manera propia de hacer jazz sin romper la baraja y al mismo tiempo sin clichés. Con Fred Hersch, hay donde elegir.