UN ESPECTÁCULO CON TALENTO INTERNACIONAL

Figueres estrena el Circ Charlie Rivel

Genís Matabosch impulsa la nueva carpa catalana, que será itinerante

Duo Rose, una de las atracciones de la nueva carpa, instalada en Figueres hasta el 4 de mayo.

Duo Rose, una de las atracciones de la nueva carpa, instalada en Figueres hasta el 4 de mayo.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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El «más difícil todavía» es su lema vital y el trampolín de su incansable entusiasmo. Genís Matabosch, el impulsor y director del Festival Internacional de Circ Ciutat de Figueres, que en apenas cuatro ediciones se ha aupado a la segunda posición del ranking europeo tras la histórica cita de Montecarlo, se ha sacado de la chistera una nueva carpa: el Circ Charlie Rivel, que hasta el 4 de mayo ha quedado instalada en la plaza Catalunya de Figueres, su ciudad natal. «Se trata de un circo catalán con talentos de todo el mundo. Como sucede con el Barça. Une catalanidad y calidad», explica el organizador, que ha tomado el nombre de uno de los payasos más míticos de la historia: Charlie Rivel. Su fecha de nacimiento (el 23 de abril de 1896, en Cubelles) coincide con el estreno de la carpa, que será inaugurada por su nonagenaria hija, Paulina Schumann.

CON IDENTIDAD / Huyendo de las etiquetas de clásico o contemporáneo, Matabosch propone un circo de atracciones con la premisa de que estas se vistan con rasgos de la cultura catalana, a nivel estético y musical. «Igual que vemos trapecistas chinos con kimonos, nosotros tenemos al acróbata Wang Yang en las cintas aéreas mientras se interpreta en directo El cant dels ocells y el trío brasileño Olimpo's Brothers con indumentaria de inspiración gaudiniana», anuncia. Entre los 16 artistas, de 10 países, figuran tres catalanes: la malabarista Natalie Massot, el mago Charlie Mag (un virtuoso con las palomas) y Marina Raluy (patines acrobáticos y percha de rodillas). El payaso Totti, los trapecistas Duo Rose y los perros amaestrados de The Sangers son otros números destacados.

La estancia en la capital del Alt Empordà será la prueba de fuego para convencer a otros municipios y emprender la primera gira en la primavera del 2016. El precioso interiorismo de la vela, al estilo del Conelli de Zürich, acoge 826 butacas rojas en una estructura sin mástiles que maximiza la visibilidad. Además, la versatilidad de la grada permite convertir el espacio en un restaurante con 400 plazas. Matabosch no teme el reto, que ha supuesto un  desembolso de 800.000 euros, pese a precedentes frustrados como el del desaparecido payaso Monti, el Circ Ozó o las dificultades que sufrió el Circ Cric. El empresario, con gran experiencia en el tour management de grandes carpas internacionales y festivales, y habituado a los vendavales (la tramontana), también económicos («me he arruinado un par de veces»), confía en que el viento le será propicio.