GRAN FIGURA DE LA PERCUSIÓN

Mulatu, el inventor

El Festival de Jazz de Terrassa recibe a Mulatu Astatke, creador del ethio-jazz, que presenta nuevo disco junto a músicos británicos

Estrella africana 8Mulatu Astatke actúa hoy en Terrassa.

Estrella africana 8Mulatu Astatke actúa hoy en Terrassa.

ROGER ROCA / BARCELONA

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El legendario percusionista y vibrafonista etíope Mulatu Astatke vive una segunda juventud artística. Desde que en 1998 el mundo le descubrió gracias a una serie de recopilatorios de música etíope de principios de los años setenta, su ethio-jazz , como él mismo lo bautizó, suena por igual en festivales de worldmusic, en el Primavera Soundy en el Sónar. «A todos les gusta porque es un nuevo sonido, eso es lo que ocurre, amigo mío.Como el reggae o el rap, el ethio-jazz ya tiene su lugar en el mundo y lo tocan músicos de todas partes», dice con orgullo indisimulado. De fondo, al otro lado del teléfono, se intuye el ajetreo de las calles de Addis Abeba.

A finales de los sesenta y hasta la toma del poder por la junta militar del Derg en 1974, Astatke fue una de las mayores estrellas de la vibrante vida cultural de la capital etíope. El mismo Duke Ellington le invitó a tocar con su banda cuando visitó la ciudad. Luego vinieron casi dos décadas de oscuridad. «No, no», dice cuando se le pregunta por los días bajo la dictadura. «Política y música son cosas distintas. Mi papel está en la cultura, en hacer crecer la música de Etiopía».

Mezcla de instrumentos

Fue el primer alumno africano de la prestigiosa Berklee School of Music de Boston, pero su música empezó a tomar cuerpo en Nueva York. Allí, tocando junto a percusionistas portorriqueños, dio forma a una música que mezcla instrumentos tradicionales etíopes con percusiones latinas y teclados eléctricos. El resultado suena distinto al resto de músicas africanas, no solo por la instrumentación, sino por unas melodías que seducen fácilmente el oído con unas tensiones armónicas muy singulares. Astatke compone utilizando escalas propias de Etiopía, parecidas a las del jazz moderno. «Al sur del país, la tribu de los Derashe hace siglos que construyen instrumentos con cañas de bambú que están afinadas para tocar escalas disminuidas. Así que ¿quién fue el primero, Charlie Parker o el hombre etíope?», dice con satisfacción.

Su último disco, Sketches of Ethiopia, que presenta en el Festival de Jazz de Terrassa con todas las localidades vendidas (Centre Cultural de Terrassa, este viernes, 21 horas), abunda en esa idea primera de mezcla. En vez de trabajar con artistas de su país Astatke se acompaña esta vez de músicos británicos que vienen del jazz y la música improvisada. «Si un pintor hace un cuadro abstracto y usa un color determinado no le preguntas por qué lo hace. Lo aceptas como es. La música es como el arte abstracto. Te da libertad para producir el sonido que quieras con quien quieras. Mi intención es seguir desarrollando el lenguaje del ethio-jazz», reflexiona. Y ya piensa en cómo celebrar el medio siglo de vida de un sonido que él mismo imaginó y pintó por primera vez.