Un festival de 'Big Data'

El Barcelona Supercomputing Center registrará con 14 sensores los movimientos de los espectadores durante las tres jornadas de día

Mare Nostrum, el superordenador que procesará los datos desde la capilla de la Torre Girona de Pedralbes.

Mare Nostrum, el superordenador que procesará los datos desde la capilla de la Torre Girona de Pedralbes.

NANDO CRUZ / BARCELONA

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A partir del jueves, el público del Sónar de Día se convertirá en colaborador del 'Experimento Colectivo Big Data', un ejercicio de captura de datos desarrollado por el Barcelona Supercomputing Center (BSC) cuyo objetivo es estudiar el comportamiento del público en el festival. Jose Luis de Vicente, comisario del Sónar+D, lo define como un «proyecto de ciencia ciudadana». La contribución del público será pasiva: 14 sensores instalados por todo el recinto detectarán su teléfono móvil y almacenarán información sobre sus movimientos.

De Vicente aclara que estos estudios «ya se ha aplicado en otros contextos: para modelar edificios o para entender los flujos de gente en calles comerciales». En un momento en que aumenta la preocupación de la gente ante la pérdida de la privacidad que promueve la tecnología, De Vicente, que meses atrás comisarió la exposición 'Big Bang Data' en el CCCB, aclara que «el sistema no caza tu número de teléfono ni un identificador personal, sino la dirección del dispositivo que te identifica como un nodo más en una red wifi. Identificamos partículas en distintos espacios». 

Fernando Cucchietti es el máximo responsable de este proyecto del BSC en el que trabajan ocho personas. Por un lado, durante el festival su equipo visualizará en su 'stand' esos flujos de público por el recinto. Por otro, quien les ofrezca sus datos recibirá recomendaciones de conciertos a los que debería ir en función de los que ya ha visto, un trazado de los lugares que ha recorrido estos días y la posibilidad de imprimirse una camiseta con todos los artistas que ha visto en el Sónar-2015. «Al registrarte nos pagas con información tuya», reconoce Cucchietti.

Una vez acabe el festival, los datos serán «limpiados y preparados» para su análisis. Para De Vicente, es interesante «entender qué clases distintas de público hay en el Sónar. Hay un público que se pasa el día en el Village tomando el sol, otro que combina escenarios y sospechamos que empieza a haber un público de Sónar+D, pero son apreciaciones subjetivas y no cuantificadas», dice. Para Cucchietti, también es interesante estudiar «la correlación entre la actividad del público en el festival y su actividad en las redes sociales».De Vicente apuesta por que el Sónar tienda cada vez más a ser «un laboratorio» en el que «expandir la función del festival como dispositivo social y cultural». Y este experimento sería un modo de explorar «qué papel puede jugar la comunidad científica en Sonar+D». Cucchietti reconoce que otro objetivo del BSC es dar vida comercial al proyecto. «Visualizar y analizar el tráfico de gente», añade, «permitiría a los festivales no solo acomodar a los artistas en el cartel sino decidir incluso dónde conviene poner la tienda de merchandising».

Ahí entra en juego Mare Nostrum, un gigantesco superordenador ubicado en la capilla de la Torre Girona, la mansión de veraneo que la familia Girona tenía en Pedralbes y que ahora es el rectorado de la UPC. Los datos almacenados estos días, siempre anónimos pero propiedad del BSC, serán deglutidos por este 'cybermamut'. Su estudio generará correlaciones y sugerirá nuevas preguntas sobre los hábitos del público. Si alguien se siente incómodo participando como «partícula» en este experimento no tiene más que poner el móvil en modo avión.