FERIA DEL CÓMIC JAPONÉS

Clase magistral de Adrià e Hishida en el Salón del Manga

El álma de El Bulli y el cocinero del exclusivo restaurante Mibu unen Japón y Barcelona

Ferran Adrià, Hiroyoshi Ishida y Albert Raurich (tras el mostrador), el sábado en el taller culinario del Salón del Manga.

Ferran Adrià, Hiroyoshi Ishida y Albert Raurich (tras el mostrador), el sábado en el taller culinario del Salón del Manga. / periodico

JOSEP M. BERENGUERAS

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En el exclusivo barrio tokiota de Ginza, en la segunda planta de un edificio cualquiera, se halla uno de los restaurantes más exclusivos del mundo: elMibu. No tiene estrellas Michelin ni acepta reservas: solo sus 300 socios pueden degustar, una vez al mes, el exclusivo menú que prepara el maestroHirosyoshi Ishida. Por el Mibu han pasado, gracias a invitaciones, los mejores chefs del mundo. Pero no fue hasta febrero del 2002 cuando el matrimonio Ishida vio entrar en su restaurante a alguien que les era familiar pero que no lograban ubicar. «Primero pensé que era el acompañante de otra persona», explica Tomiko Ishida, mujer de Hiroyoshi y anfitriona del restaurante, a este diario. El comensal resultó serFerran Adrià, deEl Bulli.

Adrià quedó prendado de la cocina del Mibu. «Estaba emocionado, le recuerdo a punto de llorar. Se le caían las lágrimas y pidió preguntar al cocinero si eran platos nuevos o tradicionales. Entonces me di cuenta de que era alguien muy especial», añade. Pocos días después, Adrià envió una carta a los Ishida invitándoles unos días a El Bulli.

Visita a El Bulli

Adrià y los Ishida visitaron ayer elSalón del Manga para revivir aquel desembarco, en el 2003, del mejor restaurante japonés al completo (hasta 18 personas, además de instrumentos de cocina e ingredientes) en Cala Montjoi. Fueron unos días muy intensos, de gran responsabilidad para los Ishida, pues no querían preparar unos pocos platos sino «trasladar la experiencia del Mibu a Barcelona».

Fue muy bonito, aprendimos del mejor cocinero del mundo.La cocina de Adrià es muy especial, única en el mundo, no se puede repetir. Es un genio, muchos quieren hacer lo que él hace pero es irrepetible», señala Tomiko. Fue una semana intensa de contactos en la que fraguaron una amistad basada en el respeto mutuo y que se plasmó en un manga (Mibu-el Bulli).

Ayer, ambos, junto aAlbert Raurich (Dos palillos), participaron en un taller culinario en el salón donde cocinaron varios platos para los asistentes. «Tras comer comida occidental tres o cuatro veces el cuerpo nos pide algo japonés. Queremos comer sobre todo arroz blanco», afirma Hiroyoshi a este diario. Llevan varios días en Barcelona y han comido paella, pan con tomate, jamón, pulpo y sopa de verduras, entre otros.

Hiroyoshi lleva vendado un dedo de la mano derecha. «Yo también me corto en la cocina», asegura riéndose. «Los fotógrafos, en vez de tomarnos a los cocineros fotos de las caras, deberían hacerlo de las manos», agrega. Su plato favorito es el ochazuke (arroz blanco condimentado y bañado en té verde caliente). El de la señora Ishida, el «arroz blando de buena calidad con nukazuke (verduras marinadas a la japonesa)». «No hay nada como la cocina de la madres», añade.

Agua japonesa

Cuando hablan de cocina se emocionan al instante. Su perfeccionismo se nota en cada detalle, como que además de sus utensilios de cocina han traído a Barcelona litros y litros de agua japonesa, «más blanda» que la europea para cocinar. «Sino, los platos no saben igual», explica este respetable matrimonio que dio el visto bueno a los fogones del salón.

¿Un consejo para comer bien si no se tiene tiempo de cocinar? «Comer alimentos de temporada, frescos, respetar la estación. A veces no es necesario ni cocinarlos», responde Tomiko.