ESTRENO EN EL TEATRE APOLO

Feroz sátira social

Guillermo Toledo protagoniza 'Cremats', una comedia salvaje de Roger Peña sobre personajes marcados por la crisis y la intolerancia

Isaac Alcayde (izquierda) y Guillermo Toledo, en una escena de la obra.

Isaac Alcayde (izquierda) y Guillermo Toledo, en una escena de la obra.

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Tras encender las redes sociales con sus controvertidos comentarios sobre el atentado contra Charlie Hebdo (en los que acusaba a Occidente de «asesinar diariamente» y «sin ruido» a millones de personas), el actor madrileño Guillermo Toledo espera no dejar indiferente al público con Cremats, una comedia negra en la que Roger Peña, autor de éxitos como Poder absoluto y Iaia!, realiza una despiadada sátira social. «Cremats se ríe de todo, de gente en situaciones límite ya sea por motivos económicos o de salud», destaca el autor y director de la nueva obra que estrena el Teatre Apolo.

Aunque Cremats no tiene tanto suspense como La ratonera, el autor promete sorprender al espectador con un texto donde nada es lo que parece. «Esta obra está más cerca de una pieza de Joe Orton que de un vodevil clásico». Para Peña, último ganador del torneo de dramatugia de Temporada Alta, «Cremats es una farsa cruel, una comedia salvaje donde pasan cosas muy duras vistas siempre desde el prisma de la comicidad». Junto a la crisis, la doble moral y la incomunicación son otros temas recurrentes en la obra, que estará cinco semanas en cartel.

Profesor al límite

Toledo interpreta a un profesor universitario insatisfecho que mantiene una rutinaria relación con su estirada esposa (Tilda Espluga) y no soporta a su suegra (Maife Gil), una mujer aparentemente rica de Pedralbes que presume de conducta modélica cuando es todo lo contrario. Cuando el profesor se entera de que padece un problema grave de salud, decide poner en marcha un arriesgado plan para dejar solucionada la vida de quienes le sobrevivirán, entre los que figura una amante bastante más joven que él. «Cremats retrata a gente en situaciones límite, personas hartas de engaños que buscan una salida como sea», explica Peña. En la obra, que transcurre en Barcelona,  se habla tanto en catalán como en castellano, como ocurre en muchas familias. Sin embargo, el personaje de Toledo habla principalmente en lengua de Verdaguer por motivos ideológicos. «Todos los personajes son muy intolerantes entre ellos y el idioma es un elemento más de discordia», dice Peña, encantado con la entrega de los actores. El único al que falta citar es Isaac Alcayde, que encarna a un personaje clave. «En realidad es un tipo muy peligroso porque todos le conocen por diferentes motivos».