SENTENCIA JUDICIAL

Los fans de Tintín vencen a los herederos de Hergé

El Tribunal de La Haya concluye que Moulinsart no puede reclamar derechos sobre las viñetas

Ejemplares de distintas ediciones de álbumes de Tintín en una exposición en Barcelona.

Ejemplares de distintas ediciones de álbumes de Tintín en una exposición en Barcelona. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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A partir de ahora se podrán usar las viñetas de Tintín sin tener que pagar derechos a los herederos de Hergé. Es la conclusión a la que ha llegado el tribunal de La Haya encargado de resolver el conflicto que enfrentaba desde el 2009 a Moulinsart, la sociedad gestora de los derechos de autor del dibujante belga, con la asociación de fans del reportero del tupé Hergé Genootschap, a la que pertenecen casi 700 tintinófilos neerlandeses. El diario holandés NRC Handelsblad y el francés Le Figaro se hacían eco de una decisión judicial sustentada en un contrato de edición que data de 1942 en virtud del cual Hergé cedía implícitamente los derechos sobre los textos y las viñetas de todos sus álbumes a Casterman.

Como desde la muerte del autor de Tintín, en 1983, la heredera universal de Hergé, Fanny Rodwell, no cuestionó ese acuerdo, la justicia holandesa considera que Moulinsart no tenía derecho a reclamar nada a los miembros de Hergé Genootschap. El asunto le puede costar caro a Moulinsart si todos los que han pagado derechos por el uso de los dibujos reclaman que se les devuelva el dinero. «Muchos clubs de fans de Hergé se han visto obligados a pagar derechos por usar las viñetas de Tintín, cuando antes todo se hacía de manera informal y gratuita», subrayaba en el diario belga Le Soir el presidente de Hergé Genootschap, Jan Aarnout Boer. «Estos clubs podrían a partir de ahora reclamar una devolución», agregó.

La asociación Hergé Genootschap nació en 1999 y publica entre tres y cinco veces al año la revista Duizend Bommen et Sapristi!, donde se encuentran artículos ilustrados con dibujos de las aventuras de Tintín. Inicialmente Moulinsart autorizó estas reproducciones hasta que en el 2009 decidió facturar por ellas. La gestora llegó a pedir 35.000 euros a los tintinófilos holandeses por llevar a su revista la obra de Hergé, provocando con esta decisión que el asunto terminara en los tribunales.