Muere Peret, el rey de la rumba catalana

El cantante anunció que tenía cáncer a finales de este pasado mes de julio

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Peret, el rey de la rumba catalana, ha muerto. Tras el anuncio de su muerte por parte del Departamento de Cultura a la agencia EFE y un posterior desmentido, finalmente ha sido confirmada la muerte del cantante. El artista estaba ingresado en la Clínica Quirón de Barcelona desde la semana pasada aquejado de una infección pulmonar que agravó el cáncer que padecía.

"Es preferible reír que llorar, así la vida se debe tomar". Lo cantaba Peret (nacido Pere Pubill Calaf hace 79 años en Mataró, en el asentamiento gitano Los Corrales) y lo recordó el pasado 30 de julio al anunciar en un comunicado que estaba enfermo. "Aunque uno cree que los asuntos de la salud son privados, quisiera comunicar que hace unos días me han detectado un cáncer", apuntaba en la nota. Al autor de 'Una lágrima' la enfermedad le volvió a golpear –ya le apartó del público durante una década–, y lo afrontaba "con entereza y optimismo".

La cruel adversidad le sorprendió justo cuando ultimaba el primer disco cantado íntegramente en catalán y acababa de registrar un nuevo trabajo en castellano. Figura emblemática de la música popular, al cantante catalán se le presentaba una temporada llena de ilusiones y proyectos. Aparte de sus dos trabajos discográficos, fue elegido artista invitado para la próxima edición de la Fira Mediterrània. En el festival de cultura tradicional de Manresa, el artista tenía previsto presentar 'Peret als barris', un trabajo intergeneracional con los vecinos de los barrios de Manresa como protagonistas, y en el que una coral de gente mayor y un grupo de percusión corporal, formado por niños de entre 6 y 12 años, debían interpretar canciones del autor de 'Gitana hechicera', junto con el propio músico e invitados especiales.

Empezó a los 12 años

La intermitente trayectoria profesional del patriarca de la rumba empezó a los 12 años, cuando ganó un concurso infantil que presidía Eva Perón en el Tívoli. "Vestía pantalón corto, camisa con chorreras y la chaqueta flamenca del tío Vicente", rememoraba el protagonista en su biografía 'Peret, el alma de un pueblo'. Era la época en que acompañaba a su padre, vendedor ambulante de telas, en los desplazamientos. 

Entre el Peret vendedor y el Peret rey de la rumba catalana, hubo tiempo para las actuaciones ocasionales en locales de la costa, grabar un par de discos y casarse con su mujer Fuensanta, una gitana de la familia a la que con el tiempo dedicó ‘Mi Santa’, una de sus canciones más populares. El matrimonio se separó en el 2008.

En los años 60 y 70 llegaron 'El borriquito' y otros tantos éxitos que animaron las calles y plazas del país. Ahí están 'El gitano Antón', 'Don Toribio Carambola', 'Saboreando', '¡Lo mato!', 'Si fulano fuese mengano', 'Chaví', 'Qué cosas tiene el amor', 'A mí las mujeres ni fu ni fa', 'Castigadora', 'Tracatrá' y 'Canta y sé feliz', con la que participó en Eurovisión en 1974.

Pastor evangélico

Luego vino su etapa como pastor de la Iglesia evangélica y el olímpico 'hit' 'Barcelona es poderosa' que le devolvió al camino artístico, del que tuvo que desviarse durante una década –hasta su regreso con un nuevo disco, ‘Que levante el dedo’, en el 2007– por la misma enfermedad que se lo ha llevado. Antes, en el 2000, grabó 'Peret: Rey de la rumba', al lado de solistas y grupos de pop como Estopa, Jarabe de palo, El Gran Silencio, Carlos Jean, Fermín Muguruza y David Byrne (de Talking Heads).Y en el 2006 participó en el disco homenaje a Joan Manuel Serrat, de título 'Per al meu amic Serrat', en el que interpretaba 'Me'n vaig a peu' a ritmo de rumba.

Su última aparición en los escenarios fue hace poco más de un año, en el Concert per la llibertat celebrado en El Camp Nou. En 1998, fue galardonado con la Cruz de Sant Jordi y en el 2008 le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito Artístico de Barcelona. 

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