tú y yo somos tres

Un fado para la Infanta

ferran Monegal

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Gran frenesí televisiva el viernes al mediodía, ante el comunicado de la setencia por el '<i>Caso Nóos'</i>. Del despliegue de opinadores, tertulianos, analistas, cotillas, tamborileros y 'tutti quanti', que de todo había esa mañana a lo largo y ancho de los platós del 'telehipódromo', quisiera resaltar 'Las mañanas de Cuatro', de Javier Ruíz. Allí es en donde escuchamos los arpegios más afilados. Alicia Gutiérrez y Ernesto Ekaizer, por ejemplo, sin pelos en la lengua, señalaban que detrás del malo oficial, Iñaki Urdangarín, estaba «La figura del Rey emérito Juan Carlos, totalmente involucrado en este caso». Advertían que esa fue una de las razones por las que tuvo que dimitir 'in extremis'. Y Antón Losada, con su habitual y lúcida retranca, añadía: «Yo también estoy levitando. Pero al contrario de Miquel Roca, que ha dicho que levitaba de entusiasmo, yo levito de puro desconcierto. Hoy lo que muchos españoles estaban esperando es un comunicado de la Casa Real pidiendo disculpas por haber encubierto estos hechos cuando se descubrieron». O sea, hablando claro. En otros platós optaron por incrustar cheerleaders de la institución monárquica. Opinadores por cuenta ajena camuflados de analistas. No sé si estos esfuerzos de distracción televisiva han distraído a nadie.

En cualquier caso la pincelada más pintoresca la he visto en la '<i>matinée'</i> de <b>Ana Rosa Quintana</b> (T-5). Dado que es probable que la Infanta traslade su residencia a Portugal, para estar más cerca del penal extremeño en el que quizá ingrese Urdangarín, desplazaron un redactor a Estoril. Plantado frente a Villa Giralda, intentaba hacer un paralelismo con los días del exilio de Don Juan, el abuelo de la Infanta. Hombre, no parece que ambas trayectorias sean ni paralelas, ni equiparables. El informador también fue a Cascais, al restaurante O Pescador, donde regios exiliados -Don Juan, los reyes de Italia, los de Bulgaria...- mitigaban el destierro zampándose gloriosas mariscadas. Despidió la conexión frente al Casino de Estoril, un lugar también muy frecuentado.

Este reportero debería haber ido a las cunas del fado. Yo le hubiera aconsejado una visita al gran Antonio Rocha, a quien conocí años atrás en Lisboa, en el Barrio Alto. Es un fadista extraordinario. Tiene un tema titulado 'Olhos esquivos' que arranca así: «Cuanto me intrigan tus ojos, tan fugitivos. Me perturban el sentido». Es un fado ideal para la Infanta.