CRONISTA DE LA BARCELONA Y EL PARÍS DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

La Belle Époque de Xavier Gosé brilla en el MNAC

Una retrospectiva de más de 300 obras reivindica al ilustrador, dibujante y pintor catalán en el centenario de su muerte

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ANNA ABELLA / BARCELONA

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Hombre elegante, refinado, de gran discreción y capacidad de trabajo, cuya vida la tuberculosis truncó pronto, a los 38 años. De familia de Lleida, se formó en Barcelona, donde se sentaba en un rincón de Els Quatre Gats, sin participar en las tertulias ni en la bohemia canalla del grupo de Picasso, hasta que dio el salto a París en 1900, donde su corta (murió en 1915) pero intensa obra, de trazo delicado, sutil y elegante, con la mujer como gran protagonista, le convirtió en cronista de la Belle Époque y uno de los ilustradores catalanes de la modernidad más internacionales. En el centenario de su muerte, el Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) reivindica a Xavier Gosé en la retrospectiva más importante del artista, con 300 piezas, algunas inéditas, entre pinturas, revistas, dibujos de moda y trajes de alta costura, muchas de ellas del Museu d’Art Jaume Morera de Lleida, cuyo director, Jesús Navarro, comisaría la muestra junto a Mariàngels Fondevila, del MNAC.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Tras unos inicios de extrema pobreza en Par\u00eds\u00a0","text":"se convirti\u00f3 en ilustrador de \u00e9lite de las grandes firmas de alta costura francesas\u00a0"}}‘Xavier Gosé. Ilustrador de la modernidad’, que podrá verse hasta el 20 de marzo y ha costado 140.000 euros, era necesaria, según Pepe Serra, director del MNAC, "para poner en valor a creadores que como él han quedado desplazados por razones biográficas o accidentales de los cánones y listas convencionales”. Además, según Navarro, Gosé “fue clave para entender las tendencias generadas por las artes gráficas y los medios de comunicación de masas, desarrolladas a través de las revistas”.  

Ya de pequeño Gosé (nacido por azar en Alcalá de Henares en 1876, pues su padre trabajó de perito agrónomo) se instala en Barcelona, donde recibe la decisiva influencia del ilustrador Lluís Pellicer y se forma en la Escuela de la Llotja, con artistas como Nonell, Torres García, Mir y Sunyer. Es en la ciudad modernista donde el retrato a carboncillo que le hizo Ramon Casas hacia 1903 inaugura la muestra. “Dibujó la Barcelona más oscura, de personajes miserables, marginales, del proletariado, para revistas de la época como ‘El gato negro’ y ‘L’esquella de la Torratxa’”, apunta Fondevila. Son las obras que nutrirían con éxito su primera exposición individual, en Els Quatre Gats, en 1899.

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En 1900 llegó al París que le deslumbraría con su refinamiento y lujo y donde la ilustración era un arte de primer orden. Poco se sabe de su vida pero sus inicios fueron miserables, de pobreza extrema junto a otros artistas, con el humo de los cigarrillos por toda calefacción. La capital del entretenimiento era “un imán para los ilustradores, porque era el mundo de las revistas ilustradas y la libertad de prensa, que favorecía las publicaciones satíricas en las que Gosé se buscó la vida”, añade la comisaria señalando ejemplos de su obra impresa en las vitrinas. En esas revistas, como ‘L’Assiete au Beurre’, ‘Cocorico’, ‘Le Rire’ o ‘La vie parisienne’, Gosé continuó la faceta contestataria y de crítica social que inició en Barcelona y el retrato de la vida mundana en calles, cafés y cabarets. También de las costumbres de la vida moderna: gente en braserías, el hipódromo, tanguistas, patinadores, el mundo del automóvil y la aviación, famosas de la época, como la actriz Monna Delza...

ADOLESCENTES, PROSTITUTAS Y DAMAS

Dibujó escenas de ‘españolada’, género de moda (bailaoras, flamenco, tauromaquia…), que se encaran con carteles publicitarios para Cigarrillos París (“con un dandi fumando que bien podría ser su álter ego”, apunta el comisario). Cerca, mujeres: adolescentes y jóvenes en “la edad inquietante” dialogan con ‘cocottes’ o prostitutas de lujo parisinas, y con damas de la burguesía recostadas en actitud de ‘dolce far niente’ o melancólico ‘spleen’.

ALTA COSTURA

Como en Barcelona -con la que mantuvo el lazo y donde expuso en la Sala Parés en 1905- tampoco se apuntó a la bohemia parisina, pero sí frecuentó círculos burgueses y se relacionó con Rubén Darío (le ilustró un cuento, que enseña la muestra) e Isaac Albéniz, amigo que le alojó y cuidó en su casa, ya enfermo, y que le encargó en 1905, con Ignacio Zuloaga, el diseño de vestuario de la ópera ‘Pepita Jiménez’, que el compositor estrenó en Bruselas. Aquello le abrió la puerta de ilustres firmas de moda francesasPoiret, Worth, Paquin, Redfern, Doucet o Vionnet, algunos de cuyos diseños de época, trajes y sombreros, lucen en el MNAC.

La economía de Gosé mejoró así ostensiblemente al convertirse en ilustrador de élite que con sus dibujos difundía y popularizaba los modelos de alta costura en prestigiosas revistas de la época alemanas y francesas como ‘Simplicissimus’, ‘Jugend’ y ‘Gazette du bon ton’. Sus diseños marcaron tendencia en la moda y probablemente, opinan los comisarios, llegó a crear él mismo diseños. Volvió a casa, a Lleida, para morir.