EL RESCATE DE UN ARTISTA

El olvidado 'Divino' Morales llega al MNAC

Una exposición reivindica a través de 54 obras la figura del singular pintor renacentista, quien destacó por su espiritualidad y transparente luminosidad

El óleo 'Cristo con la cruz a cuestas', que forma parte de la exposición de Luis de Morales, en el MNAC.

El óleo 'Cristo con la cruz a cuestas', que forma parte de la exposición de Luis de Morales, en el MNAC. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una mosca destaca sobre la camisa de una ‘Virgen con el Niño’. Otra mosca se percibe sobre el velo con que la Virgen tapa al Niño ante un pequeño san Juanito que pide silencio con el dedo mirando directamente al espectador. Con ese insecto establecía Luis de Morales (1510-1586) una relación con la futura pasión y muerte de Jesús. Era “un pintor singular”, que destacó entre el resto de artistas religiosos del Renacimiento por una “especial espiritualidad y sensibilidad” y una “técnica exquisita y cuidadísima”. Reclama ser mirado de cerca y observar, por ejemplo, los cabellos, que llaman a ser tocados, y las “pieles de una transparencia extraordinaria” de sus vírgenes, que conseguía machacando vidrio con pigmentos. El Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) rescata y “reivindica” la figura de este creador olvidado en la exposición ‘El Divino Morales’, que llega a Barcelona, hasta el 25 de septiembre, tras su paso por el Museo del Prado y el de Bellas Artes de Bilbao, gracias a un acuerdo de colaboración. 

EL PRIMER FENÓMENO COMERCIAL

De Morales quizá es hoy casi un desconocido para el gran público, comenta, Leticia Ruiz, jefa de Pintura Española del Renacimiento del Prado y comisaria de la muestra, que reúne 54 obras, dos de ellas de fondos del MNAC. Sin embargo, en su época era reconocido y apreciado, muy copiado, y con mucho éxito desde su taller de Badajoz. “Fue el primer fenómeno comercial de la época, antes que el Greco, que no tuvo éxito casi en vida. Supo acertar sobre todo con sus tablas devocionales, que ofrecen una religiosidad privada e íntima, con delicados iconos de misteriosa y melancólica belleza, que suscitan piedad, dolor, ternura, culpa o arrepentimiento”.

HORÓSCOPO DE JESÚS

Otra muestra de la singularidad que el Divino Morales, como le bautizó en el siglo XVIII el tratadista Antonio Palomino, imprimía en sus obras -se calcula que de su mano pintó unas 150-, es la carta astral de Jesús en una esquina del óleo ‘La Sagrada familia’. “Poco después se declararía herético representar el horóscopo del niño Jesús”, apunta Ruiz, pero “en seguida lo cristianizó añadiendo encima la inscripción “temporis plenitudo”, que alude a que “en la plenitud de los tiempos Dios envía a mundo a su hijo”.

VÍRGENES GITANAS

En contraste con sus piezas devocionales, más reducidas de tamaño y para uso más privado, recibe al visitante una monumental ‘La virgen del pajarito’, de 1546, donde marca otro sello personal al atar con un cordelito el ave con la que juega el niño Jesús. Le siguen sus obras más conocidas, con fondos negros que resaltan las figuras cual esculturas con iluminaciones potentes y con temas como ‘Ecce Homo’, ‘Cristo con la cruz a cuestas’, ‘La Dolorosa’ y ‘Virgen con el niño’. De este último continúa una amplia muestra, con sus vírgenes ‘gitanas’, conocidas así en la época por el vestido con el que en el siglo XVI se creía que María huyó de Egipto con su bebé en brazos. Vírgenes, como la ‘Virgen de la leche’, siempre reflejando un mundo espiritual contenido: “No muestra el pecho desnudo ni al niño estrujándoselo como en otros artistas, sino cubierta y con el pequeño buscándoselo bajo la ropa como cercando refugio y consuelo”, apunta la comisaria. 

MIRADAS AL ESPECTADOR

Como el citado san Juanito, otros guiños al espectador con personajes que le miran directamente, figuran en obras destacadas como ‘El nacimiento de la Virgen’, original escena, única en su repertorio. En ella, una bella y misteriosa mujer, de delicado peinado y vestido, con un cestillo, contrasta con el gesto de dolor de la parturienta santa Ana o la dedicación con que otra mujer amamanta a la recién nacida María.

No faltan algunos de los retablos que se conservan de De Morales. Muchos desaparecieron en los diversos conflicos bélicos de la región. Entre ellos resaltan ‘Oración en el huerto’ y ‘La Última cena’, donde “se descubre a un pintor que intenta dar carácter a cada apóstol con su gestualidad”.

DESDE EXTREMADURA

Desde su centro geográfico en Extremadura, donde supuestamente nació, pues pudo hacerlo en Salamanca, y trabajó recibió la influencia artística de Portugal, de la escuela andaluza de Sevilla y de Castilla. Pero también estuvo muy marcado por la pintura italiana, principalmente por Durero y Sebastiano del Piombo, y por artistas flamencos.

Cierra la muestra un espacio dedicado a las obras que le encargó el obispo de Badajoz San Juan de Ribera, del que se le puede casi considerar su pintor de cámara. Antes, pero, una escultura en madera policromada de Berruguete, un 'Ecce Homo', dialoga con otro de similar tamaño desde un óleo de De Morales. Miradas divinas.