Adelante, Evtushenko

El celebrado poeta ruso, ídolo de masas en su país, ofrece un recital en Barcelona mano a mano con Joan Margarit

El poeta ruso Evgeni Evtushenko.

El poeta ruso Evgeni Evtushenko. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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A los 20 años Evgeni Evtushenko llenaba estadios como las estrellas de rock. Pero él no cantaba solo recitaba sus encendidos poemas, arengas emotivas, que tocaban directamente la fibra de los jóvenes soviéticos deseosos de liquidar el legado estalinista. "A la izquierda muchachos, / siempre  a la izquierda,  / pero no más a la izquierda / de vuestro corazón", escribió directamente en castellano en un poema dedicado al Che Guevara que su buen amigo García Márquez nunca se cansaba de escuchar cuando le visitaba en Moscú.  

Sesenta años más tarde, el poeta del deshielo, casi dos metros e intensos ojos azules, sigue manteniendo algo impresionante en su figura de profeta, pese a su empeño en vestirse como un arlequín de carnaval, su respuesta rebelde, asegura, a aquellos colores oscuros estilo gulag que le obligaron a llevar en su niñez.  Está en Barcelona para hacer un recital tête à tête con su amigo Joan Margarit en el Auditori de La Pedrera y en las distancias cortas sigue manteniendo un gran carisma, a sus 83 años, pese a no tener una buena movilidad en una pierna.

Impresiona un poco cuando se rebela con energía contra una pregunta inocente sobre la  galopante comercialidad de la literatura rusa actual, algo que certificaron Juan Goytisolo y el investigador cultural  Vitali Shentalinski.  El impetuoso Evtushenko es un experto en clamar contra lo que no le gusta.  Lo hace un buen castellano. "Niet, niet, niet. Uno de mis últimos trabajos es una antología de la poesía rusa en cinco tomos, desde Pushkin hasta la actualidad, y el octubre del año pasado siete mil personas se concentraron para escuchar un recital con los mejores actores del país y yo mismo [no es muy difícil imaginar que Evtushenko es también actor] en un espectáculo que duró seis horas. ¿Dónde estaban vuestros periódicos para cubrir ese acontecimiento?". 

Evtushenko nació en Siberia en 1932. El lugar y la fecha son significativas. La familia, dedicada a la geología, llegó hasta allí represaliada por Stalin. Pero de eso el joven poeta, no supo nada muchos años más tarde. Pasó el jardín de infancia glorificando al dictador, y de jovencito escribió versos loándolo hasta que una tía suya le abrió los ojos. "Stalin es un asesino, me dijo y esa fue la primera vez en mi vida que lo oí. Me contó cómo mis dos abuelos fueron considerados enemigos del pueblo y también que si yo me decidía a contar la verdad debía protegerme porque el sistema estaba organizado sobre la denuncia".

Debió aprovechar muy bien los consejos Evtushenko, porque ha logrado traspasar las décadas y las circunstancias como el poeta más amado, incluso por los que no leen poesía. Y detestado también por otros, especialmente por su hábil capacidad de adaptarse  a las circunstancias, a partir de su apreciado Kruschev (Evtushenko y él hicieron  más o menos por el mismo periodo su auto de fe antiestalinista) sin abandonar jamás su porte de gran poeta de masas que consolidó con su famoso poema 'Babi Yar', sobre una oscura matanza de judíos por parte de los nazis que él vinculó también con el proverbial antisemitismo ruso.

ANTES QUE SOLZHENITSYN

Hay muchos que le cuelgan la medalla de ser el primero en escribir contra el estalinismo, mucho antes de Solzhenitsyn por supuesto, pero por una vez Evtushenko da al César lo que es del César. No en vano un epigrama antiestalinista le valió la muerte a Mandelstam en un gulag. “Ahora todos las ciudades rusas tienen un monumentosa Mandelstam. En nuestras librerías se puede acceder a todo lo que se había prohibido. Putin ha puesto un empeño personal en hacer que ‘Archipielago Gulag’ se enseñe en todos los institutos. No hay censura en mi país, a excepción de la que cada uno se practica a sí mismo”. Y sigue con una loa al líder ruso por su capacidad de salvar económicamente al país.

Evtushenko que desde hace casi dos décadas vive a caballo entre Yalta y la Universidad de Tulsa, Oklahoma, le gusta cultivar su halo de Rolling Stone de la literatura rusa, aunque él, personalmente, seas más de los Beatles, aunque solo sea porque Paul MacCartney se declaró un gran fan suyo. Su charla enlaza amistades del pasado: Pablo Neruda, que le llamaba Don Eugenio y a quien de pronto se pone a imitar a la perfección, Federico Fellini, el Che, por supuesto...  Y algunas batallitas, como haber sido el introductor de 'Cien años de soledad' en la todavía URSS o haber hecho uno de sus recitales en el Madison Square Garden. “Ningún poeta americano lo logró”. Ningún poeta ruso se parece a Evtushenko. 

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