El estudio de Mariscal se ahoga por las deudas

El diseñador abre un concurso de acredores para intentar salvar la empresa

Javier Mariscal.

Javier Mariscal.

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Estudio Mariscal, situado desde 1989 en Palo Alto, un oasis de empresas creativas en el barrio de Poblenou, se enfrenta a sus días más oscuros al entrar en un concurso de acreedores voluntario tras cinco agónicos meses en los que no se ha materializado ningún proyecto.

El diseñador español con mayor proyección internacional y repercusión mediática tomó esta decisión límite, que conlleva un expediente de regulación de empleo temporal, a mediados de julio. Y desde principios de septiembre la plantilla ha quedado bajo mínimos para intentar salvar una empresa a la deriva ahogada por las deudas bancarias. Solo quedan cuatro trabajadores, contándole a él y su hermano, Santi Errando, que es el gerente (Mariscal firma su obra artística con el apellido de su madre). El aspecto, ayer por la mañana de la oficina, era la de un día festivo. Casí vacía. Apenas dos personas en un espacio inmenso.

Errando explica que Mariscal está en estado de shock. «Es una situación no prevista. Es una familia que se rompe. Lo hemos intentado todo, pero llevamos meses sin ingresar nada en el banco. La única viabilidad de futuro era solicitar un concurso de acreedores en los juzgados y procurar mantener la actividad mientras podamos», declara el gerente de Estudio Mariscal.

Según su hermano, para Mariscal ha sido una decisión «muy dura». Cinco meses de proyectos paralizados han sido como un tsunami para unas cuentas debilitadas ya por la crisis del sector en España. «Nuestra apuesta de empresa siempre fue un modelo humanista, pero la situación nos ha superado».

INFRAESTRUCTURA / El objetivo de Mariscal es procurar no cerrar el estudio ni perder su marca empresarial, manteniendo una mínima y precaria infraestructura a la que se agarra como una bombona de oxígeno bajo la profundidad del mar. «Lo tiene muy difícil. Está sin liquidez. No podía asumir el pago de las nóminas. Se encuentra en un túnel sin salida del que es casi imposible escapar», consideran fuentes cercanas a la empresa, que cuentan que trabajadores de su máxima confianza han tenido que irse al paro sin finiquito.

Sin embargo, no es la primera vez que el artista tiene que nadar contra corriente acosado por un oleaje de deudas. Hace dos años, después de haber llegado a coordinar un equipo de más de cien personas, tuvo que reducir su plantilla a 14 nóminas para poder salir a flote. Mariscal, como empresario, ha generado muchos ingresos pero también se ha arriesgado demasiado a la hora de producir proyectos más personales como fue el caso de Colors, un espectáculo multimedia que se estrenó en 1999 en el Festival de Perelada y que también se representó en el Festival de Otoño de Madrid y en el teatro Victoria de Barcelona. Allí perdió muchísimo dinero. Fue una hemorragia.

Sus últimos encargos se han movido en un terreno más empresarial que artístico, como la imagen corporativa del centro comercial Les Glòries y la nueva tipografía para las sucursales fuera de Catalunya del Banco Sabadell.

EL FINAL DE UNA ERA / Desde sus inicios, Mariscal ha definido su empresa como «el primer estudio de diseño multidisciplinar creado en España». Su declive significa mucho más que la pérdida de un buen equipo: son los últimos coletazos de una época en la en Barcelona quedaba mucho por dibujar y en la que la innovación creativa de un carismático autor era un valor en alza.

Estudio Mariscal nació al año siguiente de que Cobi, el perro de estilo cubista, fuese elegido como mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. De este taller repleto de lápices y de ordenadores han brotado proyectos como el del área interactiva infantil Acuarinto, dentro de un parque temático japonés, la película de dibujos Chico & Rita (candidata en el 2011 al Oscar de animación), las exposiciones retrospectivas sobre la obra de Mariscal para el Design Museum de Londres y para La Pedrera, el libro ilustrado Los Garriris y los dibujos de 1080 recetas de cocina, de Simone Ortega,editado por Phaidon. También de su estudio surgieron la carátula del disco de Kiko Veneno Está muy bien eso del cariño y la gráfica del CD Lágrimas Negras, de Bebo Valdés y Diego el Cigala; Twipsy, la mascota de la Exposición Universal del 2000 en Hannover; las coloristas imágenes corporativas del Zoo de Barcelona, de Bancaja, de la Universitat de València, de Gavà, de Gran Via L'Hospitalet y de Madrid 2012;  el diseño de los espacios Clic y Flash del Museu de la Ciència; el interiorismo de Lighthouse, el centro escocés de Diseño y Arquitectura de Glasgow; la presentación de contenidos para Educalia, el portal educativo de Fundación La Caixa, y el interior de la cúpula de una de las salas del Pabellón de España de la Expo de Aichi (Japón) que se celebró en el 2005.