LA ENTREVISTA

Mo Yan: "Hoy en China se disfruta de una libertad relativa"

Entrevista con el escritor chino realizada en Barcelona en el 2008 con motivo de la publicación de la novela 'Las baladas del ajo'

El escritor chino Mo Yan, en una imagen del 2009.

El escritor chino Mo Yan, en una imagen del 2009. / periodico

ELENA HEVIA / Barcelona

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China está despertando. En el gran país del centro --eso quiere decir exactamente China-- están ocurriendo muchas cosas, no todas buenas, y esa efervescencia económica y social culminará en verano con los Juegos Olímpicos. Al hilo de esa transformación, la más vertiginosa que ha experimentado el país en su milenaria historia, empiezan a llegar a Occidente --y a España un poco más tarde-- las muestras de una literatura absolutamente desconocida que lucha por colocarse en el panorama internacional. La literatura china actual es mucho más que elnobel Gao Xinjian. Otro gran escritor,Mo Yan (Shandong, 1955), de quien el realizadorZhang Yimou llevó al cine'Sorgo rojo', ha venido a España a presentar su muy celebrada novela 'Las baladas del ajo' (Kailas), un retrato de la China rural posmaoísta escrita originalmente en 1987.

--Usted nació en la China profunda, en una familia campesina. ¿En esas circunstancias poco favorables cómo se despertó su vocación?

--Mi padre era agricultor y en casa no había ningún libro. A los siete años un vecino que era universitario me dijo que los escritores se podían permitir comer jiaozi tres veces al día. A mí eso me pareció fabuloso.

--¿Jiaozi?

--Sí, son unas empanadillas que los pobres solo comen en Fin de Año.

--¿Y es verdad ¿Un escritor puede comer todos los días en China?

--Lo muy comerciales pueden hacerse ricos, los que nos dedicamos a la literatura, no tanto. En mi caso, mi vocación no pudo desarrollarse hasta que no tuve la vida solucionada. Y a mí me la solucionó el Ejército.

--Curioso lugar para un autor.

--Allí encontré tiempo libre para dedicarme a lo que me gustaba. Coincidió con el fin de la Revolución cultural y la llegada de Den Xiaoping al poder que supuso algo más de apertura en la sociedad. En 1997 me despedí del Ejército para ser más libre.

--Antes adoptó el nombre de Mo Yan, es decir "No hables", toda una declaración de intenciones.

--Hasta los cinco años tuve problemas con el lenguaje. Luego, durante la Revolución cultural, mi padre me recomendó que no hablara más de lo necesario. Decidí llamarme así para indicar que lo que me interesaban eran las palabras verdaderas y no la palabrería.

--¿Qué hay de autobiográfico en 'Las baladas del ajo'?

--Hay mucho de mi familia, de las historias que se contaban en casa, pero también de los vecinos. Si pudieran leer esta novela mucha gente del campo se identificaría con ella.

--Su novela 'Pechos grandes, amplias caderas' está dedicada a las mujeres, que en su obra son un prodigio de fortaleza.

--En esa novela quise mostrar un abanico histórico de unos 100 años, que se inicia cuando China era una sociedad feudal en muchos aspectos. Hoy la mujer ha recorrido un largo camino.

--Pero se siguen abandonando niñas nada más nacer.

--Eso solo ocurre en el campo. Las mujeres de las ciudades son dueñas de su destino. Piense que en el medio rural el varón es una ayuda para los suyos y también está el sentimiento de la perpetuación del linaje. El hombre siempre pertenece a la familia, mientras que la hija acaba formando parte de la familia del marido. Es terrible, pero es así.

--¿Hasta dónde llega su compromiso con la realidad? ¿Un autor debe ser testigo de su tiempo?

--Creo que el amor al prójimo y el odio a las injusticias deben ser plasmados con honestidad y en esa tarea nadie debe permitirse ninguna superficialidad.

--¿Qué les diría a quienes le consideran crudo y violento?

--Que la vida es así.

--Y usted lo sabe bien porque sufrió la Revolución cultural.

--Sí, pero yo entonces era un niño. Hoy percibo aquel tiempo como una locura colectiva, pero yo la viví con una cierta alegría, a pesar de la extremada pobreza.

--Se le ha llamado el García Márquez chino. ¿Se identifica?

--Hasta los años 80 le leí mucho. Pero las influencias son como los hornos, si te acercas mucho te quemas.

--¿Hay libertad para escribir hoy lo que se quiera en China?

--Libertad absoluta, no. Digamos que hoy se disfruta de una libertad relativa.

--¿Y esa libertad relativa cómo se concreta?

--No puedes criticar abiertamente al Gobierno, pero sí describir las injusticias sociales y la corrupción.

--A Gao Xinjian eso no le libró de la prohibición.

--Censurarle me parece absurdo. Me gustaban mucho sus obras tempranas y algo menos sus novelas largas que, creo, son las que le han proporcionado el Nobel.

--Kenzaburo Oé pidió el Nobel para usted.

--Oé ha sido demasiado amable.