Nanni Moretti: "He sido muy arrogante, lo confieso"

El director italiano habla sobre la pérdida y los lazos familiares en 'Mia madre'

El director italiano Nanni Moretti.

El director italiano Nanni Moretti. / periodico

NANDO SALVÀ

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La nueva película de Nanni Moretti, 'Mia madre', es su mejor trabajo desde el que le proporcionó la Palma de Oro en Cannes, 'La habitación del hijo' (2001), y de hecho contiene reflexiones similares sobre los lazos familiares y la pérdida. Para ello retrata a Margherita (Margherita Buy), una cineasta que lidia con la inminente muerte de su madre mientras dirige su nuevo largometraje. El filme llegó el viernes a nuestros cines.

¿Fue la muerte de su propia madre el punto de partida de esta película?

Sí. Enfermó mientras yo rodaba 'Habemus Papam' (2011), y murió mientras la montaba. Suelo necesitar mucho tiempo para olvidarme de la última película que he rodado y acumular energías para la siguiente, pero apenas terminada 'Habemus Papam' ya sabía que quería hacer 'Mia madre'.

¿Fue doloroso rodarla?

Tengo una opinión al respecto, pero no estoy seguro de si me la creo: cuando hago una película no me dejo afectar por el tema que trato. De nuevo, quizás me estoy engañando. Lo que sí recuerdo como algo doloroso tras la muerte de mi madre fue conocer a muchos de sus alumnos, que me explicaron cosas de ella que yo no conocía. Al comprender que en muchos sentidos era una desconocida para mí, me derrumbé.

El protagonista de 'Habemus Papam' perdía la fe en la Iglesia, y la de 'Mia madre' pierde la fe en el cine. ¿Es coincidencia?

Mi fe en el cine sigue intacta. Contar historias me sigue entusiasmando como lo hacía hace 20 años, y sigo muy interesado en el cine de los demás. Cierto que no tengo esperanza alguna en  la capacidad de las películas para salvar ni el mundo, ni a los espectadores, ni a sus autores. Pero hacerlas es maravilloso.

¿Es 'Mia madre' un drama con risas, o una comedia con lágrimas?

Ambas cosas. Desde que empecé a hacer cortos de muy joven, siempre me he expresado mezclando lo cómico y lo trágico. No es que lo calcule de forma porcentual, 50 por ciento de comedia y 50 por ciento de drama. Es mi modo de ser.

En una escena del filme, Margherita dice que todos los directores son unos cretinos, ¿lo cree usted así?

Muchos lo son siempre, y otros se esfuerzan por serlo durante los rodajes de sus películas. No creo que sea obligatorio, pero sin duda ayuda.

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Y de los actores, ¿qué opina?

Ahora me siento más cercano a ellos que antes en lo afectivo y lo emocional. Solía considerar que eran solo peones de un tablero que yo controlaba. He sido muy arrogante, lo confieso. En todo caso, la dirección de actores ha sido siempre una parte esencial de mi trabajo. Soy muy perfeccionista. Muy a menudo, durante el rodaje, yo mismo interpreto a los personajes para mostrarles a los actores lo que tengo en la cabeza.

En 'La habitación del hijo' (2001) usted ya tocó el asunto del luto. ¿Ha sido muy distinto hacerlo esta vez?

Sí, 'La habitación del hijo' era una película muy diferente, que respondió a la necesidad de exorcizar un miedo. Mia Madre, en cambio, responde a una experiencia. Y en aquella película el luto era algo antinatural, brutal, violento. En esta, forma parte del orden natural de las cosas. La pérdida de los padres es algo que nos pasa a todos, por muy doloroso que sea.

¿Es 'Mia madre' su película más personal?

Al principio no me di cuenta, pero sí. Yo hago una gran inversión personal en todas mis películas, incluso cuando hablo del Papa me refiero a mí mismo. Pero con esta en concreto siento haber llegado al final de un viaje, en lo profesional y en lo privado. Algo en mí ha cambiado, ha madurado. No sé qué, algo.

Hablar de sí mismo en su cine, ¿le resulta terapéutico?

Para nada. Si uso mis fijaciones, mis tics y mis obsesiones en mis películas supongo que es solo por mi falta de pudor o cierto afán exhibicionista, pero hacerlas no me ayuda a resolver nada. Las películas quizá ayuden al que las ve, pero no a quien las hace.

¿En qué ha cambiado su forma de hacer cine desde 'Ecce Bombo' (1978)?

Ahora soy más crítico conmigo mismo, y por tanto el proceso de escritura del guión es mucho más largo ahora que antes. Pero, durante el rodaje, tengo las mismas ansiedades e incertidumbres que tenía al principio de mi carrera. Cuando empiezo una película sigo teniendo los mismo nervios que de niño tenía el primer día de clase.