Myles Sanko, a corazón abierto

La emergente figura soul presenta su segundo disco largo, 'Just being me', en Apolo, dentro del 11º aniversario del club TR3SC

Myles Sanko, en una imagen promocional.

Myles Sanko, en una imagen promocional. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Una envolvente identidad soul está cobrando forma y se llama Myles Sanko, cantante alimentado de fuentes clásicas que, en su nuevo disco, ‘Just being me’, pone su figura por delante, buscando la identificación del oyente con sus circunstancias. La canción que le da título “habla de escuchar tu corazón”, explica. “A veces nos obsesionamos con dar determinada imagen y mi mensaje es: no soy perfecto, esto es lo que hay. Ojalá quien la escuche piense: ‘esto habla de mí, no soy perfecto pero celebro ser como soy’”.

Myles Sanko presenta el disco, su segundo largo, este jueves en Apolo, en la fiesta de 11º aniversario del club TR3SC (20.45 horas; abrirá el ‘crooner’ soul solsonense Eduard Gener), con un concierto que confirma su supersónico enganche con los escenarios catalanes: desde que, en septiembre del 2014, debutó en el Altaveu de Sant Boi, ha pasado por La Farinera, Jamboree, el Festival de Blues de Cerdanyola, Peralada, el Grec… Con el de Apolo, serán diez conciertos en apenas dos años y medio. “Es interesante, sí, y difícil de explicar”, admite. “Entiendo que ha sido una cuestión de trabajar con la gente correcta, y que los catalanes entienden lo que hago”.

NACIONALIDAD MIXTA

Nació en Ghana y vive en el Reino Unido, pero su pasaporte es francés, nacionalidad heredada de su padre. “Aunque en Francia no me consideran francés,”, se sorprende. “Ghana formó mi personalidad cultural, pero he hecho de Inglaterra mi casa. Supongo que soy internacional, mitad europeo, mitad africano”. Fue en su país de origen donde, en su adolescencia, fue alcanzado por la onda expansiva del hip-hop. “Pero descubrí que muchos grupos que me gustaban ‘sampleaban’ canciones antiguas”, recuerda. Y fue llegando al origen de todo, a las voces soul de los 60 y 70.

Pero, aunque James Brown es uno de sus héroes, palabra que él mismo utiliza, en su propuesta hay una mayor tendencia a los ambientes acogedores que al desenfreno rítmico, empezando por la pieza instrumental que abre ‘Just being me’. Se titula ‘Freedom’ y su título lo dice todo: Sanko reclama el derecho a hacer las cosas a su modo y a empezar un disco con una composición que envuelve al oyente en un estado de ánimo. “Soy de los que aún disfrutan con el concepto de álbum, como obra que escuchas de principio a fin, aunque ya sé que la gente más joven ha dejado de hacerlo”, explica Sanko, de 37 años. Ahí, reconoce un influjo de un álbum de cabecera, ‘Extension of a man’ (1973), de Donny Hathaway, “otro héroe”, como Bill Withers o Marvin Gaye, trabajo que empezaba igualmente con un instrumental, “una bonita introducción para que el oyente se pusiera en situación”.

EMOTIVIDAD Y POLÍTICA

Sanko ha hablado de ‘Just being me’ como “un disco sobre el amor, la esperanza y la política”, y se observan reflejos sentimentales y un halo de espíritu positivo, “evitando transmitir oscuridad”. Pero, ¿y la política? Puede advertirse, destaca, “en las metáforas de ‘Promises’, canción que apunta a nuestros líderes y a su hábito de prometer cosas”, y en otra pieza, ‘This ain’t living’, que aboga por “una revolución de las mentalidades contra nuestras ataduras con el trabajo y la economía”.

Ofrece sinceridad aunque se sabe parte del “negocio del entretenimiento” y se considera, de hecho, “un ‘entertainer’”. Prefiere vivir en Cambridge que en Londres y se declara “poco urbano”, y abre sus giras a países como Túnez y Marruecos, donde actuará pronto. “Me encantaría ir a más lugares, sería bonito actuar en Ghana, en Accra. Pero aún estoy al principio de mi carrera. Paso a paso”.