Mick Jackson: "A Trump hay que llevarlo a los tribunales"

En 'Negación', el cineasta recrea la batalla legal que la académica Deborah Lipstadt libró hace 20 años contra David Irving, un historiador que negaba el Holocausto

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NANDO SALVÀ

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Su extensa filmografía incluye documentales televisivos de contenido social y político, por un lado, y ficciones que se ajustan a fórmulas dramáticas de Hollywood (como 'El guardaespaldas' o 'Vulcano'), por otro. Su nueva película, 'Negación', se sitúa a medio camino. En ella recrea la batalla legal que la académica Deborah Lipstadt libró hace 20 años contra David Irving, un historiador que defendía que el Holocausto nunca sucedió.

¿Qué le pasó por la cabeza cuando conoció por primera vez el caso de Deborah Lipstadt y David Irving? Me acordé de lo que Adolf Hitler describió en las páginas de 'Mein Kampf' hace casi un siglo: la idea de una mentira tan grande y tan colosal que la gente se la traga, porque, ¿quién iba a inventarse algo así? Posteriormente, claro, Josef Goebbels reformuló el concepto: una mentira repetida suficientes veces se convierte en verdad. Eso es en esencia lo que David Irving hizo. Como consecuencia, Deborah Lipstadt tuvo que probar en los tribunales que el Holocausto sí sucedió; y eso no solo fue bastante difícil considerando que los nazis trataron de eliminar todas las evidencias que pudieron, sino también moralmente aberrante.

¿Cree que lo que sucede actualmente con internet y las redes sociales de algún modo carga de razón las palabras de Goebbels? Sin duda. Hoy en día cualquier hijo de vecino puede escribir barbaridades en Twitter y luego decir, "esta es mi opinión", como si todas las opiniones fueran iguales. Alguien dice, "las vacunas causan autismo" y consigue 500 'followers', y de repente esa falacia cobra validez; se convierte en una segunda opinión. Así funciona lo que hoy llamamos hechos alternativos, y da miedo. Suena a algo que George Orwell podría haber imaginado.   

Hablar de hechos alternativos, cómo no, es hablar de Donald Trump. Trump es un manipulador de masas muy astuto. Se presenta como un hombre del pueblo, y un patriota que dice lo que nadie más se atreve a decir. También es un xenófobo, y un misógino, y un falsificador de la historia. Es decir, justo como Irving. Y la película demuestra que lo que hay que hacer con gente como Trump o Irving es llevarlos a los tribunales, donde no pueden contar chistes ni engatusar a su público. 'Negación' habla no solo de lo terrible que es negar el Holocausto, es mucho más que eso. Habla de la necesidad de proteger la verdad.

¿Conoció personalmente a Irving durante la preparación de la película? No, no. Lo que sí pasó es que él, en cuanto se enteró de que estábamos haciendo la película, empezó a escribir cosas terribles sobre nosotros en su página web. "No puedo creer que una actriz tan hermosa interprete a una neandertal como Deborah Lipstadt", escribió. Cosas así. Lo último que sé de él es que organiza visitas a los campos de concentración para turistas de su misma ideología. Y eso es una burla contra todos nosotros. Porque el Holocausto no solo les sucedió a los judíos; es una tragedia que afectó a toda la humanidad.

Varias escenas de la película fueron rodadas en Auschwitz. ¿Qué significó para usted visitar aquel lugar? Ya lo había visitado a principios de los 70 para rodar un documental. Recuerdo que aquella vez estuve en un estanque situado detrás de los crematorios, en el que los nazis arrojaban las cenizas, e incluso cogí un puñado de esas cenizas. Es decir, toqué el Holocausto con mis propias manos. El impacto que eso causó en mí me ha acompañado durante 40 años, y por eso fue tan importante para mí hacer 'Negación'; necesitaba resolver una serie de emociones muy complejas.