Martirio: "Mi misión es abrir camino"

La artista canta coplas en Apolo en el ciclo 'Connexions', arropada por la Original Jazz Orquestra

Martirio, fotografiada esta semana en Barcelona.

Martirio, fotografiada esta semana en Barcelona. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Martirio está de aniversario con ’30 Años’, doble compacto con DVD que reúne canciones de todos sus períodos (y lo que es más difícil, de distintas discográficas). La gira se hará esperar unos meses, pero antes, este jueves, cantará coplas en Apolo (21.00 horas, ciclo ‘Connexions’), arropada por la Original Jazz Orquestra del Taller de Músics con dirección de David Pastor.

- ‘Estoy mala’ salió en 1986, pero antes estuvo en Jarcha, los de ‘Libertad sin ira’. ¿Cómo pasó de la canción progre a la tonadillera posmoderna?

-Jarcha fue mi escuela, pero en mi interior estaba todo: el folclore, la copla, el pop… Un rock que iba del sevillano Silvio a Lou Reed. Me gustaba la postura rockera, romper cánones, y ser vanguardista con una parte ligada a la tradición.

-Y apareció Kiko Veneno.

-Fundamental. Es uno de los más grandes poetas, cotidiano, con carga de profundidad y libre. Ser libre es también mi bandera, llevar 30 años haciendo lo que quiero.

-En aquella época, en el personaje Martirio había ironía y guasa. Con el tiempo se ha hecho una cantante más seria.

-Creo que he evolucionado. Con 60 años una no tiene más remedio que ser más seria, ¿no le parece? (ríe) Pero yo a la niña la mantengo intacta, y el respeto al escenario y la candela de la ilusión.

-Había aquella parodia del ama de casa.

-No era parodia, ¿eh? ¡Era y soy ama de casa! No tengo una ‘mijita’ de purpurina. Creo que mi próximo paso será volver a escribir en ese lenguaje, hablando de las mujeres de mi edad, qué nos preocupa y nos hace felices. Con profundidad e ironía. Quiero que la gente se vuelva a reír conmigo.

-¿Había dejado de hacerlo?

-Bueno, en los recitales meto algo que hace reír a la gente, pero ahora quiero se rían bien, buscando la felicidad, quitando la porra-pincho. Hay esa tendencia al masoquismo…

-Está contra la impostación del drama.

-Por supuesto. Aunque yo estoy más cerca de cantar bien en una canción dramática que en una divertida.

-¿Se oye poco la voz madura femenina en la música?

-Poco, sí. Escuchando a Leonard Cohen ya ve que tiene una edad y una experiencia, pero para las mujeres es más difícil. Y se puede hacer. Con distancia, ironía, buen humor…

-En ‘Coplas de madrugá’ (1997), con Chano Domínguez, nació otra Martirio. ¿Sentía que sus aptitudes como cantante no estaban reconocidas?

-Con Chano vino la apertura al jazz, ser una cantante más cantante, y que la gente me tomara más en serio, sí. Nos enamoramos de la idea, convencidos de que aquello era necesario para abrir cabezas y quitarle prejuicios a la copla. La dictadura la usó como banda sonora y había que rescatarla y ponerla en otro paisaje. Pero dimos todas las vueltas hasta que ‘El Europeo’ lo grabó. Ninguna discográfica lo veía. Eso siempre me ha pasado: mi misión es abrir camino.

-La copla hoy ya es un estándar, como el tango o el fado.

-La cantan desde La Shica a Plácido Domingo, y Buika, que lo hace de otra manera, casi como un soul. Y Sílvia (Pérez Cruz), la persona que más me fascina ahora: podría estar en la cresta de la ola, pero la ola no le interesa. La veo muy cerca de mí.

-Actúa con la OJO, del Taller de Músics, ¿una vuelta a la copla jazzística?

-Sí, es una oportunidad de tocar con 17 músicos, con la maestría de David Pastor, y vestir de largo las coplas en este aniversario. Un regalo.

-¿Más adelante habrá recitales específicos de ’30 Años’?

-Sí, esperando que las cosas mejoren, porque no he visto un momento tan duro para la música como este. Espero que se acabe esto de una vez, el 21% de IVA y los bajos presupuestos para cultura. 

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