ENTREVISTA

Kevin Johansen: "Yo no pido disculpas por mi música"

El cantautor argentino muestra su panorámico y mestizo 'Mis Américas 1/2' en Barts, dentro del Festival de Jazz

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zentauroepp38797404 icult kevin johansen foto nora lezano171116183115 / Nora Lezano

JORDI BIANCIOTTO

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Nacido en Alaska, vecino a lo largo de su vida de ciudades como San Francisco, Nueva York y Montevideo, el finalmente bonaerense Kevin Johansen proyecta en 'Mis Américas 1/2' su visión de las músicas del Nuevo Mundo en formato de canción mestiza y, como él dice, "des-generada". Presenta el disco con su banda, The Nada, este viernes en Barts (21.00 horas), dentro del Festival Internacional de Jazz de Barcelona.

Ese título, ¿qué significa? ¿Volumen 1 y 2, volumen medio…? Es medio, porque las Américas son tan enormes que no es posible abarcarlas en un solo disco. Ya habrá un volumen tres cuartos más adelante. Y dice 'Mis' porque son las Américas que uno conoce, desde mi cuna, en Alaska, y la madre argentina, a través del folclore del sur, el folk del norte…

Un disco panamericano, aunque eso es lo que usted ha hecho siempre. Sí, 'cosmopolatino', como dijo un colega suyo. Es un disco bastante equilibrado y claro en sus raíces: canciones en inglés y castellano, con invitados como el brasileño Arnaldo Antunes, la banda chilena Chico Trujillo, los peruanos Kanaku y El Tigre, y con sabor caribeño y country, un género cercano a la ranchera.

¿Se considera un folclorista? Creo que tengo mucho de eso, porque el folclore es lo que más he escuchado desde la cuna. Mi madre quería ser una especie de cruce de Joan Báez y Violeta Parra: cantaba agudo, con la guitarra, y yo eso lo tengo muy presente.

¿No teme que le critiquen por frívolo por tocar tantos géneros? No, yo no pido disculpas por mi música. Me gusta ser un artista permeable, pero más allá de las influencias, el desafío es ponerle tu impronta y ser atrevido. Y Samuel Beckett dijo que "con respeto no se logran cosas bellas".

En su música hay ese respeto aunque también se deja entrever un distanciamiento irónico. Puede ser, pero ser distante no es la idea; al contrario, con la ironía lo que quiero es acercar. Como en el monólogo de Marcos Mundstock, de Les Luthiers, en 'La Bach-chata (Habladurías)'. Y encima está ahí Palito Ortega, citando su éxito 'La felicidad' y convirtiéndolo en 'La infelicidad'. Tenerlos juntos en la misma canción fue como un gol de media cancha.

"Mi idea no es ser distante; al contrario, con la ironía lo que quiero es acercar"

La foto de portada es un retrato de su batería, el venerable Enrique 'Zurdo' Roizner. ¿Qué representa él para usted? Es nuestro 'alma mater', o 'alma pater'. Una presencia con historia. Tocó con Vinícius de Moraes en La Fusa, en 1970, y con Piazzolla, y con Los Panchos… Explica anécdotas muy graciosas, como cuando el promotor le explicó por teléfono a Vinícius que iba a tocar con un trío argentino, con Zurdo, y él contestó: "¿cómo, con un sordo?", y se quedó un rato preocupado. Y es que en portugués 'surdo' es sordo.

Usted también tendrá historias que contar: en los 90 estuvo unos años actuando en el neoyorquino CBGB. Sí, aunque se convirtió en un antro punk, sus siglas venían de country, bluegrass y blues. Yo tenía 25 o 26 años y, tras mandar una maqueta y tocar unas canciones como prueba, apareció un señor grandote con barba y una cerveza. "Me gusta lo que haces, es interesante…".

Era el creador del club, Hilly Kristal. Sí, se convirtió en una figura paterna para mí. Me dijo: "¡Escribe un tango en inglés!". Yo pensé: "En Buenos Aires me matan". Me habló de grupos como los Ramones. "Buenos chicos, tocaban muy mal, pero traían a mucha gente. Les dije que debían ensayar más". No era un purista e insistió en que yo mezclara, que aprovechara lo mejor de ambos mundos. Y salió 'Guacamole'.

Así que Kristal tenía razón. Sí, 'Guacamole' es una canción que no tiene sentido alguno, más que jugar con la sonoridad de las palabras, pero es muy musical. La compuse en Nueva York en 1993 o 1994, más tarde la grabé en el primer disco, y después de todos estos años, siempre hay alguien que me la pide en los conciertos.