Bombino, héroe tuareg de la guitarra

El músico nigeriano presenta 'Azel', nuevo álbum de aromas reggae, este miércoles en La 2 de Apolo

Bombino

Bombino / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Tres años después de ‘Nomad’, el disco que le produjo Dan Auerbach de Black Keys, el célebre guitarrista y cantante tuareg Bombino acaba de regresar con ‘Azel’, un giro hacia lo que él llama “touareggae”, es decir, una mezcla de sus habituales trances eléctricos con los 'riddims' jamaicanos. “Siempre he adorado el reggae”, nos explica Bombino, que el miércoles visita La 2 de Apolo con la misma banda que en el pasado BAM. “Los ritmos de ese género me inspiran. Los introduje en el directo y me gustó cómo quedaban. No dejé de usarlos más y más, de modo que era natural llevarlos al siguiente disco”.

Omara Moctar, alias Bombino, nunca ha ocultado sus influencias. Es discípulo declarado del maliense Ali Farka Touré y los también tuareg Tinariwen, ilustres representantes del llamado “blues del desierto”, en el que se cruzan las influencias bereber con Jimi Hendrix. “Para este disco he estado escuchando mucho a Bob Marley, por supuesto”, señala. “También a Manu Chao”.

No escuchaba, ni siquiera conocía, al grupo art rock Dirty Projectors hasta que su líder Dave Longstreth aceptó el papel de productor en ‘Azel’. “Aquello fue idea de mi mánager. Confío en él. No sé nada de productores ni de gente de la industria; conozco a mi mánager y él me conoce a mí”. Habrá quien se pregunte, seguramente, si confiar en músicos del rock alternativo americano como productores no arrebatará la esencia al proyecto. “Mi música ha evolucionado, pero en pequeños detalles. Por ejemplo, en la música tuareg no se da importancia a cómo empiezan y acaban las canciones, pero en Occidente es importante. Así que hemos prestado más atención a este asunto en los arreglos”.

ROMANCE CON LA GUITARRA

Bombino nació en 1980 en Tidene, un campamento al norte de Agadez. Diez años después, la primera rebelión tuareg obligó a Bombino a marchar a Argelia por seguridad. “Fue allí [en Tamanrasset, para ser precisos] donde vi y escuché una guitarra por primera vez. Estaba con dos primos mayores y uno de ellos la tocaba. No sé cómo explicar lo que sentí, pero la atracción era irreprimible; como un amor romántico. Me considero afortunado por haber adquirido esta pasión siendo adolescente, porque, de lo contrario, no sé qué habría hecho para ganarme el pan”.

Comprometido con su comunidad, Bombino quiere crear una escuela de música y centro juvenil en Agadez. No está siendo fácil: “En Níger, las cosas se mueven muy lentamente en comparación con Occidente. Todavía estamos en las fases iniciales del proyecto; montando el equipo y consiguiendo la cooperación de organizaciones respetadas que puedan ayudarnos. Pero aunque me cueste treinta años, lo llevaré a cabo”.

La nueva canción ‘Akhar zaman’ es una crítica a los jóvenes tuareg que han olvidado sus raíces. Para Bombino, “no hay que elegir entre el respeto a las raíces y formar parte de la sociedad moderna”. Solo hay que ver las redes sociales del grupo, dice: “Si nos siguen en Twitter o Instagram o lo que sea, verán que se puede ser tuareg orgulloso a la vez que miembro de la sociedad moderna”.

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