ACTUACIÓN DENTRO DEL GREC

Aterciopelados: "El feminismo aún causa escozor"

El dúo colombiano regresa a Barcelona, con un concierto en Barts, tras publicar el disco y DVD en directo 'Reluciente, rechinante y aterciopelado'

Aterciopelados, en una imagen promocional.

Aterciopelados, en una imagen promocional. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Aterciopelados, el tándem colombiano formado por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, con 25 años de trayectoria en torno a un pop moderno y a la vez con raíces en la tradición de su país, regresa a Barcelona para ofrecer un concierto este martes en Barts (22.00 horas), dentro del Grec. Tras una pausa para abordar proyectos en solitario, el dúo regresó en el 2014 y su último lanzamiento es el disco y DVD en directo ‘Reluciente, rechinante y aterciopelado’.

¿Cómo les ha sentado el reencuentro con sus canciones? ¿Las ven con nuevos ojos tras esos años de parón? (Andrea Echeverri) Creo que hemos pasado de tener con ellas una relación a ratos repetitiva, aburrida, a valorarlas de nuevo por cómo las sienten muchas personas. Es bonito que se te acerquen y te digan “he crecido con tu música”. Tienes una sensación de algo histórico. Y cuanta más gente la canta, la canción se vuelve más grande. (Héctor Buitrago) Y algunas toman un significado diferente. ‘Florecita rockera’, por ejemplo, era una canción de amor, pero ha crecido y ahora se asocia con el empoderamiento femenino. Ahora que está pasando todo esto de la mujer…

¿El ‘revival’ del feminismo? ¿También se vive así en Colombia? (A. E.) Sí, más o menos. (H. B.) Ahora se habla muchísimo de eso en todas partes. Esas cifras de feminicidios… Estamos en vistas a un cambio, se está legislando. (A. E.) Pero lo que yo siento es que, al menos allá, el feminismo aún causa como escozor. Tú lo mencionas y los hombres se ponen nerviosos, a la defensiva. Es rarísimo. Yo hice un disco, ‘Ruiseñora’, que iba muy de feminismo; era de cuando yo había peleado con él y era mi disco de “esto lo hago yo”, y me dijeron de todo. Los hombres se ofendieron mucho. Lo perciben como una cosa revanchista, como si del machismo hubiéramos pasado al feminismo, en vez de verlo como una defensa de derechos.

El pasado octubre, cuando actuaron en Apolo, interpretaron una canción inédita, ‘Amo mis piernas’, de denuncia de los cánones estéticos. (A. E.) Sí, es parienta de otras canciones como ‘El estuche’, ‘Yo’… Creo que estará en el próximo disco. Yo todo esto no es que lo tenga resuelto, sino lo contrario, siento todo el tiempo esa presión y peleo contra ella, contra los estereotipos, y pienso que la mayoría de las chicas la sienten. Hay un bombardeo mediático tremendo que hace que percibas a los demás y a ti mismo de una forma muy rara.

Andrea, ¿diría que ha tenido que hacer un esfuerzo extra en su carrera para ser respetada como artista en comparación a Héctor? (A. E.) Claro, porque esa misma presión que siente toda chica, en el medio artístico la sientes más, ya que se juega a eso. Son pocas las que no están centradas en salir bien en la foto o en el vídeo.

Precisamente, en ‘Yo’ dice: “no quiero ser Juanes / no quiero ser Shakira”. (A. E.) Es que, como son colombianos, durante mucho tiempo en todas las entrevistas nos preguntaban por ellos. Estaba como implícito que ellos lo habían logrado y nosotros…, casi, pero no tanto. Lo importante es lo que tú eres, cómo te relacionas, no cómo te ves en el espejo o cuántos discos vendes. La canción es una crítica a todo lo que nos han vendido que es el éxito y la belleza y estar bien. Es defender una posición más personal, sensible, imperfecta.

Hablando de figuras colombianas, hay otra muy popular que actuará pronto en el Palau Sant Jordi... (A. E.) ¡Maluma! En las entrevistas siempre está diciendo que hace mucha dieta y que va mucho al gimnasio, y en las revistas sale hasta con su entrenador. Es muy guapo, sin duda, pero lo que yo cuestiono que es muy raro que todos estemos pensando siempre pensando en eso. (H. B.) El reggaeton, como ocurrió en otra época con la salsa o el rock’n’roll, cuando llegó generó polémica, pero tiene cosas chéveres: el ritmo, la producción. Hay artistas que lo hacen bien, con mensajes no tan baratos, como J Balvin, también colombiano. (A. E.) Pero es como la banda sonora de la superficialidad, la hipersexualización, casi diría que deshumanizante. Nunca he ido a un concierto de reggaeton, pero el otro día nos contaban que sale uno y grita: “¿dónde están las perras?”, y las chicas se vuelven locas, ¡es muy extraño! También debe ser que nos estamos volviendo viejos, pero yo oigo eso y me imagino a mi hija, de 15 años, y que le digan perra y que esté contenta… (H. B.) Pero todos los estilos que emergen tienen su polémica. (A. E.) Y si te fijas en canciones de los Rolling Stones o los Beatles, también hablaban de las chicas de una manera… Ahora, lo que está pasando con la cuestión del género es muy chévere: ya nadie es heterosexual sino que hay mil subdivisiones ahí rarísimas, y todo eso es fruto de una represión anterior. Ese lado de la libertad está bien, pero soñar con tener que ser 90-60-90 para triunfar no lo percibo como libertad.  

Otro aspecto de su obra es la manera de incorporar géneros y ritmos autóctonos en su noción del pop. (H. B.) Sí, es el resultado de una búsqueda en la que tratamos que nuestra música sea auténtica, personal, y que refleje lo que somos, de dónde venimos, y que sea atrevida en la producción, y fresca, nueva…

Son de Bogotá y, generalmente, en las grandes ciudades se tiende a perder el contacto con la raíz de la cultura popular. (H. B.) Se ha ido recuperando, afortunadamente. Músicos con los que hemos tocado han sido parte de esa recuperación, jóvenes que buscaron a los maestros, como una Petrona Martínez, para traerlos a Bogotá. (A. E.) Mi mamá toca la guitarra y canta en las reuniones familiares desde que tengo recuerdo, y su repertorio siempre fue de boleros y rancheras. Yo, trópico no tanto, pero pienso que mi voz tiene esa sonoridad latinoamericana.

¿Cómo entraron el pop y el rock en sus vidas? (H. B.) Empecé oyendo hard rock: AC/DC, Judas Priest… Luego, punk, gracias a él vi que yo podía hacer música. Y más adelante, techno-pop y de todo. Me gusta observar la evolución de la música. (A. E.) Yo soy fan del rock argentino. En la universidad circulaban cassettes de Sui Generis, Seru Girán,  Fito (Páez), Spinetta, Charly (García)… Y Soda Stereo: en una época larga los grupos no iban a tocar a Bogotá porque había las bombas de Pablo Escobar y todo eso, y Soda era el único que iba. Creo que los dos o tres primeros conciertos de mi vida fueron de ellos. También he escuchado mucha trova cubana.

El año pasado defendieron el sí en el referéndum sobre el acuerdo de paz en Colombia. (A. E.) Y perdimos (ríe). Ahora hay una oposición fuerte que echa mala onda a todo. Pero el proceso sigue. La preocupación es que el próximo presidente defienda el asunto. Hay elecciones en el 2018. Porque por ahí hay unos candidatos… (H. B.) Que abiertamente dicen que no querrán asumir los compromisos adquiridos. (A. E.) Una extrema derecha que da escalofríos. Pero hay muchos guerrilleros que están entregando las armas, un proceso chévere, miles de personas que se dedicaban a disparar y que están volviendo a los oficios y reintegrándose en la sociedad. Al mismo tiempo, oyes mucha gente, de ciudad sobre todo, acomodados, quejándose de que con esa plata vamos a mantener a los guerrilleros.

Andrea, antes decía que un tiempo atrás Héctor y usted se habían peleado. ¿Quedan atrás aquellas tensiones? (A. E.) Aterciopelados es chévere porque hay diferencias, porque pensamos distinto, pero es bonito que quepan…

¿Diferencias respecto al rumbo artístico? (A. E.) ¡En todo! (ríe) (H. B.) En maneras de ver las cosas, la vida. (A. E.) Él es optimista, yo soy pesimista. Él es vegetariano, yo soy vampira…

¡Vampira! (A. E.) Sí, ¡como carne hasta cruda! (ríe) Me encanta. Qué sé yo, hay muchas diferencias que pueden enriquecerte.

Después de las sucesivas pausas y reuniones, ¿cuál es el motor actual de Aterciopelados? (H. B.) Primero, el agradecimiento a la gente, valorar lo que nos ha dado la música todos estos años. Tener este disco y DVD en directo, y luego saber que vienen más  porque tenemos muchas cosas que decir. (A. E.) El proyecto solista fue chévere pero agotador, uno tiene que hacerlo todo. Para mí las decisiones son terribles: se me ocurren muchas cosas, pero luego, ¿cómo decir: esto sí, esto no? Está bien hacer lo que sabes hacer y delegar. Y traer modernidad a tu música, por ejemplo, porque si no, yo me quedaría con la guitarra acústica. Creo que hacemos un dúo dinámico.

¿Hacia dónde van ahora artísticamente? (A. E.) Tenemos que verlo. Las maquetas que hemos hecho por separado no se parecen en nada: las suyas son muy modernas y las mías, más guitarreras, no sé si folk-rock… Y las letras nada que ver, aunque coincidimos en algunos temas, como el maltrato. (H. B.) Siempre pienso en dar un paso más en la producción, que no se aparezca a algo que ya hicimos, o a otro grupo, hacer algo nuevo, una búsqueda. (A. E.) Y que no sea tampoco calcar lo modernito. (H. B.) Grabaremos en septiembre y saldrá ya en el 2018. Aunque antes del disco hemos grabado una canción de Juan Gabriel, ‘He venido a pedirte perdón’, para un homenaje (‘Amor eterno al divo’).

¿Qué representa para ustedes Juan Gabriel? (H. B.) Son canciones tan populares y tan bonitas… (A. E.) Lo sorprendente es que pensábamos que no conocíamos su obra pero nos mandaron una lista de canciones, comenzamos  a escucharlas y nos las sabíamos todas. Con esa canción en concreto tuve un ‘flashback’ total de mi infancia.

Vuelven a Barcelona solo nueve meses después de su último concierto. Habrán notado que tenemos aquí una importante comunidad de origen colombiano. (A. E.) Uf, ¡sí! Y en Madrid. Hay bastantes, sí. Y todos tenemos parientes: yo tengo un cuñado que vive en Barcelona, la teclista tiene un hermano…Vamos a ver si pueden venir porque tienen hijos chiquitos.