ACTUACIÓN EN BCN

Abel Pintos, de niño prodigio a gigante

El cantautor argentino regresa este miércoles a Barcelona, a la sala Barts

Abel Pintos

Abel Pintos / periodico

LUIS TROQUEL / BARCELONA

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La primera vez que Abel Pintos actuó en Barcelona fue también en Barts, pero en su minúscula sala anexa. Y ya entonces no iban a verle únicamente compatriotas. “Recuerdo decir yo en broma que, probablemente, éramos todos argentinos y de repente parte del público empezó a replicar que no, que ellos eran de aquí”, relata el cantautor de Bahía Blanca. En escasos años volvió dos veces, a Luz de Gas, y este miércoles regresa a Barts, pero a la sala grande y con apenas unas decenas de entradas aún por vender.

Nada comparado con las multitudes que congrega en su Argentina natal. Allí juega en otra liga. La de los estadios. Es lo más grande que ha habido desde los años dorados de Fito Páez. Algo así como Messi respecto a Maradona. También es un gigante en Uruguay. Y en México y Chile va en camino. Sin embargo, su nuevo disco, desprende un marcado carácter europeo. Grabado entre Madrid y Londres, y producido por Leiva (con quien también canta a dúo) y el sueco Martin Terefe.

“Después de mucho tiempo volcado en todos los aspectos de la producción, necesitaba una visión externa, de gente que apenas tuviera ningún conocimiento previo de lo que yo hacía”, afirma Abel Pintos, quien sí seguía con entusiasmo la carrera de Leiva desde los tiempos de Pereza. El disco titula ‘11’ y es quizás en el que más se acerque al rock, además de seguir reforzando su conexión con otros artistas españoles; como Diego Cantero (de Funambulista), que compone junto a él la canción ‘Oncemil’.

VOZ AGUDA

Acaba de cumplir 33 años y lleva desde los siete cantando. Su caso es la antítesis de lo que suele pasarles a la mayoría de niños prodigios. Entonces cantaba con una voz muy grave por la edad que tenía, en cambio, ya desde que creció, si algo le caracteriza es su aguda tesitura. “Tiene mucho que ver con que mi referente fundamental es Mercedes Sosa, y ella cantaba grave para ser mujer. Cuando yo era niño, como quería cantar como ella, impostaba vocalmente para hacerlo dentro de su tonalidad. Pero luego empecé a estudiar para encontrar mi propia voz, y esa voz sugirió la tonalidad aguda que en definitiva me identifica”.

Empezó como cantante de folclore. “Y nunca lo he dejado de ser del todo. En todos mis conciertos recupero cosas de los diferentes géneros que he abordado”. A los 12 años grabó su primer disco, titulado ‘Para cantar he nacido’. ¿Cuándo se dio cuenta que también había venido al mundo para componer? “Bastantes años después. No fue algo premeditado, sucedió. Una tarde me encontré sacando en 10 minutos mi primera canción que es ‘Sueño Dorado’ y ya no paré de componer nunca”.

Aunque sin detrimento de su inicial vocación meramente interpretativa. “Me encanta hacer versiones porque a veces quiero decir algo que alguien ya dijo de manera inmejorable. Y además, porque yo trabajo mucho mis propias canciones como intérprete. El hecho de haber escrito una canción no te convierte en el que mejor la canta. Hay autores que yo admiro mucho pero considero que no son buenos intérpretes de sus canciones”.