Emma Vilarasau: «La culpa es de lo más destructivo»

La tragedia repica en su casa. Mientras su marido, Jordi Bosch, es víctima en El rei Lear del Lliure de una de las escenas más escalofriantes del teatro catalán reciente, Vilarasau grita desgarrada en el Romea: «¡Quiero morir!».

-¿Comprende a Fedra?

-Todos hemos tenido sentimientos de culpa y hemos deseado a quien no tocaba en algún momento. Entiendo que una mujer pueda llegar al extremo de querer morir por un deseo que la devora. En las consultas de los psiquiatras hay muchos casos así, de culpa por desear a quien no toca. No lo puedes controlar, viene del inconsciente, de la parte más animal y si no coincide con lo que la sociedad y la familia desean de ti provoca un choque. Hay muchos hombres que después de haberse casado y tenido hijos acaban divorciándose porque les gustan los tíos. El deseo aún es algo que guardamos, que nos castiga y hace sentir culpables.

-¿Y cuanto más te rechazan, más deseas?-Sí, el deseo más prohibido se convierte en obsesión. Porque si lo consigues, igual te vas a la cama, y uhhh qué horror, pero si no, lo vas idealizando y te persigue. Lo de la manzana de Eva lo escribieron por algo. Lo prohibido tira. Cuando la culpa se apodera de ti, no sabes decir, me equivoqué, soy humano, ese sentimiento es una de las cosas más destructivas del ser humano y puede hacer odiosa la vida.

-La educación religiosa no ha ayudado mucho, ¿no?-A los que tuvimos una educación religiosa nos cuesta mucho más liberarnos de la culpa. El sexo al principio lo vivías como algo confuso y no permitido ni siquiera para ti misma. Ese sentimiento cristiano de pensar que si disfrutas, ya lo pagarás, algo malo te pasará. Ahora mis hijos, que ya no han tenido esa educación cristiana, lo descubrirán muy diferente, con libertad, sin pensar que es sucio, como lo vivimos sobre todo las niñas que fuimos educadas con monjas.

-Woody Allen hizo realidad lo que destruyó a Fedra.-Sí. Bueno, ahora se acepta más cuando se queda como deseo y no pasa a la acción. Lo hemos visto en obras como Blackbird, donde un hombre se enamora de una niña. Lo que tiene de grande Fedra es que ella sola se impone el castigo. Asume su culpa cuando entonces todos se la daban a los dioses. Ella no culpa a terceros.

-Un personaje antagónico a la vital Winnie de Els dies feliços, su anterior papel.-Winnie, que volverá en junio al Lliure, es una superviviente que intenta ver las pequeñas cosas buenas dentro de la absurdidad de la existencia. Si ha de jugar con la locura para sobrevivir, jugará. Fedra lucha contra el deseo pero no puede vencerlo y no le deja vivir.

-Para el cine aquí tampoco hay papeles. Los productores piensan que al cine va solo gente joven y explican cosas para ellos cuando hay historias maravillosas sobre gente mayor que son la puta y dura realidad. Como la última película de Julianne Moore, sobre el alzhéimer, o la serie de Bill Murray y Frances McDormand, maravillosa.

-Vilarasau, Núria Espert, Sampietro, Teresa Lozano, Mercè Arànega... Al revés de las actrices maduras de Hollywood, que se quejan de que no les dan papeles, aquí ustedes no paran, al menos en el teatro.

-Espert, en el Lliure con El rei Lear, y Vilarasau, en el Romea. ¿Duelo de divas?

-¡Yo no puedo rivalizar con Espert! Me siento incapaz. Tiene una vitalidad y fuerza envidiables, y hace uno de los espectáculos más maravillosos y emotivos que he visto desde hace tiempo. Ella está inmensa y los demás también. Pasqual ha hecho una maravilla. Deseo que vayan muchos a verlo. Y que vengan al nuestro también, claro. Aunque se ha dicho mucho, quiero reiterar que el 21% del IVA está matando la cultura.

-La cultura, el 21% de IVA, y las revistas porno, el 4%. ¿Qué siente?-¡Que acabaremos todos haciendo porno!