CRÓNICA

Ecléctica jornada de despedida

El Primavera Club reunió sonidos diversos en Apolo

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Como su hermano mayor Primavera Sound, el Primavera Club ofrece algo más que grupos blancos de guitarras. En su jornada de clausura del domingo, esta amplitud de miras fue clara. Por el escenario de Apolo pasaron, en pocas horas, un grupo de ambient con bailarina, un pianista neoclásico, una estrella dance-pop en ciernes y un fogoso trío punk-gospel.

Diversidad y, además, alto nivel. El primer grupo al que nos referíamos es Ensemble Topogràfic, proyecto del Delta del Ebro compuesto por la electrónica atmosférica de Carlos Martorell, las guitarras procesadas de Andrés García y los pasos de baile de Anna Hierro. Tienen un disco homónimo (del que procede la aquí explorada Boira), pero hay que verlos en directo para entenderlos.

El pianista fue Lubomyr Melnyk, músico superdotado conocido por su «música continua», una técnica consistente en crear un constante flujo de notas con el piano a base de rapidez sobrehumana y el pedal de sostenido. Melnyk conquistó al público con piezas como Butterfly, un tributo al sentido de la maravilla, o la no menos idealista I love you. En largos discursos cargó contra la ciencia («una mala religión») y recordó que en el mundo la belleza está en casi todas partes.

La futura estrella (o eso queremos creer muchos) del pop bailable fue Lorely Rodriguezalias Empress Of, quien presentó Me, el debut del año por su combinación de intuición melódica, sonido interesante y espíritu feminista. En directo, en formato de trío, Rodriguez no defraudó: se nota que estas canciones le importan y hace que nos importen. De la antigua Realize you a la reciente Kitty kat, su actuación transpiró una pasión contagiosa.

Cerraron los también fogosos Algiers, banda comentada por su mezcla de punk y gospel y otras hierbas. Pueden recordar a los primeros TV On The Radio, pero son aún más brutos: pueden aunar en un solo tema (Claudette) las esencias del soul clásico y la agresividad de la música industrial. Eclécticos y sin miedo, como el Primavera Club.

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