Eastwood, el longevo

El director y actor cumple 85 años en rotunda forma artística

Clint Eastwood posa en Nueva York, en el 2010.

Clint Eastwood posa en Nueva York, en el 2010.

QUIM CASAS

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Este domingo se cumplen 85 años del nacimiento de Clint Eastwood. Vio la luz el 31 de mayo de 1930 en San Francisco, el escenario urbano de tantas de sus películas, entre ellas las de la saga de 'Harry el sucio'. Solo Woody Allen, que el próximo 1 de diciembre cumplirá los 80, rivaliza con él en el cine estadounidense actual. Allen es más directo y transparente. Eastwood mucho más ambiguo. Lo era cuando empezó a encarnar en 1971 al inspector Harry Callahan y lo sigue siendo ahora con 'El francotirador'. O al menos esa es la percepción que se sigue teniendo de él a nivel ideológico.

Pero a Eastwood todo eso parece traerle sin cuidado. A principios de los 80 vio como la crítica europea representada por 'Cahiers du cinéma' empezaba a considerarlo un director con personalidad; autor en definitiva. No fue otro que Olivier Assayas, el espléndido director de 'Finales de agosto, principios de septiembre' y 'Viaje a Sils Maria', de próximo estreno, quien, en su etapa jovenzuela como crítico de los 'Cahiers', lanzó la primera andanada de reconsideración crítica de la obra de Eastwood. Poco después, en 1985, Cannes seleccionó a concurso su wéstern 'El jinete pálido'y ya se sabe que el certamen francés canoniza como ningún otro a los viejos y jóvenes autores.

Llegarían en volcánicas andanadas de talento 'Bird', su memorable 'biopic' sobre Charlie Parker, 'Sin perdón', otro wéstern neoclásico que podía verse como una reflexión sobre la violencia social instaurada en los Estados Unidos; 'Mystic River'una inmersión inquietante en el lado oscuro del sueño americano; 'Million dollar baby'tan innovadora en cuanto al tema (la decisión de morir libremente planteada sin falsas coartadas) como en su forma; el inusual díptico bélico desde la óptica estadounidense y japonesa que representan 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima'; o 'Gran Torino', fluctuante y arriesgada visión de las diferencias culturales y, de nuevo, el desmoronamiento de la tradicional forma de vida americana.

Algún día, no muy lejano, la filmografía completa de Eastwood tras la cámara podrá verse como uno de los retratos panorámicos más solventes, repleto de aristas, de la sociedad estadounidense. Ahí cabrán desde filmes tildados de reaccionarios, como 'El sargento de hierro' o 'El francotirador', a los bendecidos como progresistas, caso de 'El aventurero de medianoche' o 'Un mundo perfecto'; desde los ultraviolentos, como 'El fuera de la ley', hasta los melodramas románticos, modelo 'Los puentes de Madison'. Esa es la virtud de los denominados clásicos: lo hacen todo bien y tienen unas evidentes señas de identidad. Los reconocemos antes que a nadie.

Vida privada

Pero si su cine sigue siendo anguloso, tras 34 películas como realizador y 67 como actor (más otras como productor, sobre todo documentales de jazz, su género musical predilecto), su vida privada, a pesar de que ha intentado siempre mantenerse al margen de la prensa amarilla y rosa, es otro rosario de encuentros y desencuentros. Con Margaret Johnson, su primera esposa, estuvo casado oficialmente desde 1953 hasta 1984: «una boda apresurada y algo inconsciente», según sus palabras. Mientras tanto tuvo una hija, Kimber Eastwood, nacida en 1964, con la actriz Roxanne Tunis. En 1975 ya había iniciado relaciones con Sandra Locke, que acabaría demandándole por haber impedido que progresara su carrera como actriz. Estuvo con Frances Fisher y volvió a casarse con la periodista radiofónica Dina Ruiz, de la que se divorció en 2014.

Las relaciones generaron pequeños ríos de tinta y... ¡ocho hijos! Entre ellos, el contrabajista de jazz Kyle Eastwood (también compositor de algunas bandas sonoras para su padre), la actriz Alison Eastwood (vista en 'Medianoche en el jardín del bien y del mal'), el actor Scott Edwards ('El viaje más largo') y Francesca Eastwood, a quien Clint hizo debutar a los seis años en 'Ejecución inminente'. Y ahora que las alcaldías están de moda, recordemos que el protagonista de 'La muerte tenía un precio' se presentó a la de Carmel en 1986 y obtuvo 2.166 votos frente a los 799 de su rival.