ENTREVISTA

Dyango: «Es muy bonito tener años y hacer lo que te apetezca»

El cantante publica el disco 'Italianísimo' en plena gira de despedida de los escenarios

Dyango, en el restaurante Milo Grill, del que su hijo es dueño y chef.

Dyango, en el restaurante Milo Grill, del que su hijo es dueño y chef.

LUIS TROQUEL / BARCELONA

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José Gómez Romero, conocido en todo el mundo hispano como Dyango, dice adiós. Sin prisa pero sin pausa. Sin dejar de actuar ni despedirse de los incontables escenarios en los que lleva décadas cantando. El próximo 6 de mayo estará en Tegucigalpa. El 8, en Costa Rica. Quiere cerrar la gira en Barcelona, seguramente a finales de año. Y no dejará de grabar discos. Ha vendido más de 20 millones y acaba de publicar el número 53 de su carrera, titulado 'Italianísimo'. Y aunque posa en su portada con los colores de la bandera italiana, sigue suspirando por la estelada. De todo ello hablamos en el restaurante Milo Grill (del que es propietario y chef su hijo Lluís), en cuyas paredes lucen cuadros pintados por él mismo.

-Las bases de su nuevo disco, 'Italianísimo', se grabaron en el 2011.

-Llevaba mucho tiempo trabajándolo. Es muy bonito tener años y poder hacer lo que a uno le apetezca. Es un disco hecho por el gusto de hacerlo,  pero extraordinario: grabado entre Londres, con Kitflus a la producción y una orquestaza tremenda. Creo que es realmente una gran obra .

-Además de viejas baladas italianas, hay boleros en la lengua de Dante.

-Por ejemplo, 'Espérame en el cielo' adquiere una inmensidad increíble. Es un capricho, hecho sin pensar en la repercusión que pueda tener. ¿Qué voy a decir? ¿Que va a triunfar en Italia? No. Pero yo quería grabar en italiano, que es el idioma de la música.

-Usted precisamente tuvo una amplia formación en el conservatorio.

-Soy músico de profesión y es algo que siempre me ha llenado de orgullo: ser músico antes que cantante.

-Cuentan que los profesores se quedaban embobados solo escuchándole pasar las lecciones de solfeo.

 

-Las hacía además de memoria... Ya mi padre era músico en varietés, cabarets, orquestas... Tocaba la trompeta y el violín, y yo quise ser como él y toqué también estos dos instrumentos. Pero la que me inculcó lo de la canción fue mi madre. Murió hace un año y medio, con 102 años. Me enseñaba a cantar cosas inverosímiles para un niño tan pequeño.Canciones de adultos que yo solo había oído en su voz y con las que ganaba los concursos radiofónicos de canto.

-La canción 'La mare' irá ya para siempre unida a su recuerdo.

-Me la enseñó también ella y la hice mía. ¿Quién ha vuelto a grabarla después? No quisiera parecer pedante, pero creo que es difícil que se pueda igualar el sentimiento de Dyango en esta canción.

-¿Volverá a grabar en catalán?

-El que será mi próximo disco. Me quiero retirar de las giras. Me sigue entusiamando cantar, pero es que ya tengo 75 años y son demasiados aviones. Pero, sin ninguna prisa, estoy preparando un disco con mi compañero de armas Ricard Miralles. Estudiamos juntos, y mi padre y el suyo hicieron juntos la guerra contra Franco. La trompeta les salvó del destino de otros prisioneros, pues los nacionales no tenían suficientes músicos para la banda.

-¿Vió 'Django desencadenado'? 

-Sí, era yo (risas). Pero mucho antes ya habían películas de Django. E incluso antes, en 1964, yo ya había debutado como Dyango.

-Poco después de estrenarse la película, sus declaraciones independentistas desencadenaron una tormenta mediática. 

-Es una cuestión de sentimiento. ¿Lo conseguiremos? ¿'Chi lo sa'? Lo malo es que los políticos, por llegar a ser ellos importantes, se peleen en vez de ir unidos. Tendría que haber un capo y todos los demás apoyarle para llegar a lo que estamos deseando que llegue.

-¿Le pasó factura la polémica? 

-No, y es algo que me enorgullece. El otro día estuve actuando en Madrid y la verdad es que iba con cierto miedo, receloso de lo que podría pasar. En cambio, todo el mundo me trató de una manera exquisita. No tiene nada que ver los que están metidos en política y esos cuatro chalados que te insultan con el trato de la gente.

-En unos días vuelve a América, donde triunfó antes que aquí. 

-Allí en los teatros ves a la señora de 60 años con su hija y con su nieta: todas llorando y cantando tus canciones. Y te vas a reír, pero hasta tiran bragas... Aman a los cantantes con verdadera locura.