Dúo Dinámico «Nunca nos dejamos la piel por triunfar»

jOVIALIDAD ETERNA Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, hoy. Abajo, en sus años jóvenes.

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JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El Dúo Dinámico acude hoy al festival ETC, de Tarragona (auditorio Camp de Mart, 22.00 horas), cargados con ungrandes éxitosque incluye hitos comoQuisiera ser, Quince años tiene mi amor y Perdóname. Manuel de la Calva, ese jovial y cortés cantante pop de 76 años, responde a la llamada de este diario con especial simpatía («¿sabe que nosotros participamos en la fundación del diario?», saluda evocando las presentaciones de EL PERIÓDICO en Barcelona y Madrid, en 1978, en las que el dúo actuó) y en un fluido catalán. «No lo practico mucho. Siempre les digo a mis amigos catalanes: 'tenéis que hablarme en catalán, porque no quiero perderlo de ninguna manera'».

­-¿Cuántos años lleva en Madrid?

SEnDMuchos. Nos fuimos cuando teníamos 20 años... Madrid nos iba bien para hacer bolos por España, ya que ir de Barcelona a Santiago era un problema, y también por los vuelos a Sudamérica. Cogimos un apartamento en la Torre de Madrid, ¡en la planta 32! En aquella época, en Barcelona había mucha más libertad y podías ir con una chica a un hotel, pero en Madrid era imposible, ¡era algo terrible! Por eso alquilamos ese apartamento, así no había problema.

-El Dúo Dinámico surgió en 1959 y fue uno de los primeros productos modernos tras la oscuridad de la posguerra. ¿Cómo tomaron contacto con los ritmos del rock'n'roll que llegaban de Norteamérica?

-Yo tenía los últimos discos americanos, que me los traía un amigo que trabajaba en una compañía aérea extranjera. En la fábrica cantaba esas canciones, y ahí estaba Ramón, que tenía un trío con su hermano.

-¿Paul Anka o Chuck Berry?

-Sobre todo, Chuck Berry y The Everly Brothers, que también estaban empezando y cantaban aquel hillbilly. Su manera de usar las voces fue la base para grupos como los mismos Beatles. Nosotros los imitábamos. Los dos hablábamos inglés, pero nunca quisimos cantar en esa lengua. Pensábamos que no podíamos hacer la competencia a The Everly Brothers. No hacíamos rock'n'roll, sino un pop no muy agresivo, con dos voces...

SEnD¿Porque les gustaba así de suave o porque presentían que la sociedad española aún no podía absorber ciertas estridencias?

-Nos gustaba así y no sabíamos hacerlo de otra manera. Los cantantes y compositores hacen lo que pueden y saben hacer.

-Barcelona era la modernidad. Y la sede de las discográficas...

-Sí, sí. Lo era y lo sigue siendo. Barcelona es Barcelona. Siempre ha estado un paso por delante. Está al lado de Europa y las cosas las ve y las piensa y pone en práctica antes que otros lugares.

-En aquella época era fácil pensar que el pop y el rock eran modas, y no el inicio de un gigantesco fenómeno cultural. ¿Cómo lo veían?

-No lo sabíamos. Pero fíjese que conQuince años tiene mi amor, una canción inocente, hubo crónicas en los diarios que la trataban de atentado a la juventud y dijeron que éramos casi unos pederastas. ¡Cómo se le podía dar un beso a una chica de 15 años!

-¿Conocieron a Franco?

-Pues mire, Franco y su esposa montaban fiestas en El Pardo, y aunque en los 60 nosotros éramos los más populares y no podíamos ni salir a la calle, nunca, nunca, fuimos invitados. Y, oiga, si nos hubiesen invitado a lo mejor habríamos ido, pero no ocurrió. Invitaron a Raphael, Massiel..., y no a nosotros. Me alegro de que me pregunte esto, porque mucha gente cree que si triunfamos fue porque teníamos una conexión con el régimen. Pues no. Tampoco la buscamos. Nosotros nunca nos hemos dejado la piel por triunfar. Para nosotros, lo primero es vivir. Luego, la familia, y finalmente, cantar. Julio (Iglesias) sí que se ha dejado la piel y ha luchado por lo que quería.

-En 1968 compusieron La, la, la pensando en Serrat, pero, la interpretación torrencial de Massiel, y el acelerado arreglo final, ¿no ayudaron a que la canción funcionara?

-Bert Kaempfert, que había arreglado canciones para Sinatra comoStrangers in the night, y que tenía una casa en Mallorca, hizo el arreglo. Cuando elnanodijo que no quería cantar en castellano, TVE nos propuso a nosotros ir a Londres, pero Zafiro, que había invertido entre ocho y diez millones de pesetas en la promoción de Serrat por toda Europa, impuso que fuera Massiel, un artista de su compañía. Luego nos preguntaron qué habría pasado si hubiera ido Serrat, y dijimos que habría ganado igual, porque la canción era de las favoritas. Por decir eso despertamos cierta animadversión.

-¿Le parece bien lo que hace Julio Iglesias con sus canciones en sus recitales? Ralentizarlas, cantarlas con esa afectación...

-Él siempre lo ha hecho, y nosotros siempre hemos sido contrarios a eso. Pero cree que así le da más vida a la canción. Yo creo que no. Pero... ¡es Julio Iglesias! ¿Qué podemos hacer? Es muy inteligente. Nosotros compusimos 12 o 14 canciones para él, comoSoy un truhán, soy un señor yPobre diablo, que en Francia se titulóVous les femmesy tuvo un éxito enorme, y un día me dijo: «Manolo, no te creas que porque canto una canción vuestra es porque seamos amigos; las canto porque creo que me van bien, nada más». Eso fue importante.

-Ustedes, en sus actuaciones, cantan sus clásicos sin pátinas de supuesta trascendencia: como los éxitos pop comerciales que fueron.

-Cuando una canción ha gustado, la gente la quiere escuchar tal cual, sin cambios. Las nuestras traen recuerdos a la gente, les hace pensar cuándo se conocieron, se enamoraron... Todo eso es importante. Recordar es bonito. Nuestros conciertos son familiares, y la gente se lo pasa bien, y llora, y expresa sus sentimientos. Pero ahora estamos en un momento económico terrible. El 21% del IVA nos ha destrozado. Los ayuntamientos están en números rojos. Se trabaja menos. No entiendo a este gobierno. Confío en que lo corrijan.

-Pero... deben cobrar muchos derechos de autor, ¿verdad?

-Bastantes, sí...

-¿O las compañías abusaron de su inocencia en sus inicios?

-Bueno, hemos regalado derechos porque entonces se hacía: la editorial se quedaba con el 50% y el resto era para nosotros. Eso ya no lo puedes cambiar. Pero las canciones, y la más moderna esResistiré, de 1987, son nuestra jubilación. En lugar de cobrar 1.200 euros al mes como jubilados, cobramos de la SGAE y tenemos una ventaja, los éxitos internacionales. Cobramos derechos de 50 países.

-Habrá escuchado eseResistiréde Adriana Calcanhotto.

-Sí, ¡fantástica! Ha habido muchas versiones de esa canción. Y deLa, la, la, que ya tiene 45 años. Hace poco nos llegó una liquidación de SGAE y resulta que generó 15.000 euros en Suecia. ¡Increíble! Aún es una canción viva.

-La incluyen en sus recitales.

-Sí, pero no la canción completa. En Tarragona la cantaremos con el estribillo en catalán, como hizo Serrat en la versión que grabamos hace dos años para nuestro último disco,Somos jóvenes.

-¿La música les ayuda a ser más jóvenes, o ya lo son y se limitan a reflejarlo en la música?

-Lo primero. La música nos ha hecho sentir más jóvenes. A nuestra edad, la gente ya suele estar retirada, y nosotros aún podemos hacer muchas cosas. Eso implica que tienes que cuidarte, ir al gimnasio, y hacer cosas que de otra manera no harías. Al final, el resultado es que te encuentras más joven. Ahora ya no vivimos con la locura de los años 60, cuando llegamos a hacer 104 actuaciones en 90 días. Ramón vive en Miami y en invierno ya no trabajamos. Pero seguimos ahí, y pensamos seguir. Este año habremos hecho cerca de veinte galas. No es que sean muchas, pero demuestran que estás activo e ilusionado.

-¿Volverán a grabar?

-Quizá, más adelante. Sí, lo haremos. Otro disco con colaboraciones y alguna canción nueva.