REAPARICIÓN DE LA ESTRELLA PORTUGUESA

De puerto en puerto

Dulce Pontes ultima la grabación de un doble disco, 'Peregrinação', que muestra hoy en Temporada Alta y mañana en la Fira Mediterrània

La cantante portuguesa Dulce Pontes, en una imagen promocional.

La cantante portuguesa Dulce Pontes, en una imagen promocional.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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A Dulce Pontes siempre le ha gustado diseñar el contenido de sus discos poco a poco, mostrando las nuevas canciones al público antes de entrar en el estudio. Eso explica que el recital Puertos de abrigo, que lleva dos años rodando, finalmente no se corresponda del todo a su nuevo trabajo, sino solo a una parte. El disco será doble, se titulará Peregrinação y, y el repertorio de aquel espectáculo, con canciones en castellano, integrará el primero de los dos compactos, mientras que en el segundo habrá piezas en portugués. «Sé que es un poco confuso, culpa mía, pero los proyectos tienen vida propia, encuentran su camino y van cobrando una forma distinta a la que creías», explica la cantante desde su residencia en Braganza, noreste de Portugal.

Pontes trabaja estos días a contrarreloj, ya que el doble disco debe ver la luz en noviembre. «¡Ya ve el lío en el que me he metido! Espero terminarlo a tiempo, si no me he muerto en el intento», bromea. Esta semana interrumpe ese proceso final de grabación con sendos recitales en el Auditori de Girona (hoy, festival Temporada Alta) y el Kursaal de Manresa (mañana, Fira Mediterrània), ambos anunciados todavía con el título finalmente descartado de Puertos de abrigo. Un repertorio que recorre clásicos de autores como Piazzolla, Yupanqui y Aznavour, todos en castellano. Piezas que han sido interpretadas por mutitud de voces. ¿Qué las hace diferentes en sus manos? «No pienso en eso, ¡yo ya soy diferente! (ríe). Mi identidad es portuguesa, y los arreglos también, con instrumentos del folclore e influencias de Brasil y África», argumentas. Puede llamar la atención su asalto a La leyenda del tiempo, la composición de Ricardo Pachón con texto de Lorca que inmortalizó Camarón. No es la primera vez que Ponte canta al poeta granadino. «Ya interpreté hace un tiempo La luz prodigiosa y sé que sus poemas surrealistas tienen un espacio infinito. Y en mi cabecita, el ritmo de esa pieza de Camarón tiene que ver con las adufeiras, un género foclórico portugués que se toca con el adufe, instrumento de percusión hecho de piel», explica.

Hadas y unicornios

El anterior disco de Dulce Pontes, Momentos, se remonta a cinco años atrás, un período en el que la península ibérica se ha visto sacudida por convulsiones financieras y políticas que, dice, se reflejan en la nueva obra. «No vivo en un mundo de hadas y unicornios, aunque eso también me guste. En Peregrinação habrá piezas que aluden a problemas sociales, como Nevoeiro, con texto de Pessoa, y Solo le pido a Dios, de León Gieco, que no podría ser más actual», señala Pontes, que dice no entender de política pero se muestra enfadada. «Estamos sufriendo una esclavitud y no queremos volver a la Edad Media. El sistema financiero, los mercados, y todo lo que hay detrás, que no puedo ni imaginar, han profanado la democracia», estima. En su caso, tras un tiempo en que programar recitales a largo plazo parecía difícil («todo se confirmaba en el último momento»), ahora está logrando planificar su gira del 2015. «No sé cómo, pero estamos mejorando un poco. La gente necesita la música, esa medicina».