LA ESGLÈSIA NOVA DE SANT PERE DE RIBES

Dos agujas y el destino

El abogado Francisco Fernández recomienda la Església Nova de Sant Pere de Ribes, cuya visión desde la distancia le llevó a una nueva vida

La Esglèsia Nova de Sant Pere de Ribes.

La Esglèsia Nova de Sant Pere de Ribes.

JANIRA GÓMEZ MUÑOZ

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Se encuentra a espaldas de la cosmopolita Sitges y muy cerca de Vilanova i la Geltrú, capital de la comarca del Garraf. Pero Ribes, como lo llaman sus habitantes, es un pueblo sin complejos. Rodeado de viñas y bosques frondosos, en su interior, plano, tranquilo y accesible a pie, guarda una joya envidiable: la Esglèsia Nova de Sant Pere de Ribes. Ella es, por encima de cualquier cosa, el skyline skylinedel lugar. Sus dos torres, de 47 metros de altura, pueden verse desde la carretera y sus campanarios, singulares por ser dos, pueden oírse hasta en la antigua iglesia a la que sustituye, desde hace poco más de un siglo, en nombre y santuario. Dos agujas son las que rematan la majestuosidad de esta obra neogótica que casi llega a tocar el cielo y que es el rincón preferido de Francisco Fernández, abogado de 57 años.

Lo de Francisco con Ribes fue un impulso de esos que no responden a la razón. Un aguijón del destino que le hizo mirar allá donde parecía no haber nada. Fue en verano de 1986 cuando Francisco, de regreso a Barcelona, vislumbró a lo lejos dos inmensas agujas que coronaban dos torres de una iglesia. Qué cosa tan bonita, ahí quiero vivir yo, pensó. Una vida puede cambiar en un segundo. Y la suya y la de su mujer ha dependido hasta hoy de ese instante que denomina mágico por no encontrarle argumento. A tiro hecho, a la semana de descubrir Ribes, se compraron una vivienda y fundaron una familia. Todo por esas dos agujas mágicas que aparecieron después de un día de playa en Cubelles, donde la venta de una casa que querían se truncó para su fortuna. Por eso la Església Nova, a los pies de una pequeña plaza con palmeras, es tan especial para él.

Como todo lo fantástico en un pueblo que ha pasado de 2.000 a 29.000 habitantes en cinco décadas, nadie sabe a ciencia cierta cuál es la verdadera historia de esta iglesia. Sí es vox populi que su estilo la hermana a la de Santa Maria del Mar en Barcelona. Como también que su cúpula homenajea, con modestia, a la de San Pedro del Vaticano. Pero a partir de ahí, las leyendas y los adornos varían según la edad y el origen de la persona. Al final, el mayor patrimonio de un sitio es su gente y las historias que perviven generaciones.

Para algunos, fue Mercè, una rica y religiosa ribetana molesta con el pueblo, la que mandó construirla de espaldas a él. Otros la relacionan con la plaza Marcer, situada justo al lado, sin saber por qué. Nemesi Pascual, propietario de la pastelería Cal Forner Vell, de 69 años, es de los que recuerda bien lo que se decía en casa cuando el pueblo era más pueblo y menos ciudad, y a los que venían de fuera se les llamaba forasteros: fue la filoxera de finales del XIX, como en otras partes de Catalunya, la que trajo la miseria. No había ningún medio de subsistencia más que las viñas. Y fue la construcción de esta iglesia, mágica, a voluntad de otro Francisco, esta vez Marcer Oliver, y no Fernández, la salvación para muchos agricultores.

Así que fue Marcer, otro enamorado de Ribes, de familia burguesa residente en Barcelona, quien quiso construir una iglesia para el pueblo que siempre visitaba. Sobre este Francisco el Archivo municipal conserva datos que son un tesoro y conforman, esta vez sí, su historia real. Como que en ella están enterrados su restos. Y que si la construyó de espaldas al pueblo fue para admirarla desde su finca. O, para contribuir al relato imaginario, para hipnotizar a todo aquel que la viera en la lejanía. Como a nuestro Francisco.

ACCESOS

Coche: C-32 o AP-7.

Tren: Bajar en Sitges o en Vilanova i la Geltrú (líneas C2 y C4)  y tomar autocar Mon-Bus con parada en el centro.

ALOJAMIENTO

Desde hoteles de lujo y masías históricas a partir de 75 euros, hasta apartamentos turísticos y una casa de colonias para alojar a grupos a partir de 50 euros.

INTERÉS TURÍSTICO

La ruta de los indianos es ideal para ver los edificios que dejaron aquellos que se fueron a hacer las Américas y trajeron una fortuna arquitectónica.

LA CITA

Cada jueves por la tarde se celebran el 'Corretapes Ribes', un reto para degustar y promocionar las mejores tapas del municipio.

Información turística: www.santperederibes.net